Naranjo III: “Casado, Rivera y Abascal no saben sumar: piensan que dos más dos son tres”
Antonio Naranjo analiza la actualidad con sus ácidos clavos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Iñigo Errejón se presenta a las elecciones, con el sano objetivo de apuñalar a Pablo Iglesias hasta que aquello parezca San Martín. Es difícil encontrar hueco ideológico entre el PSOE y Podemos, de lo que se deduce que su objetivo, más que electoral, es meramente destructivo.
A Íñigo, como a todos los del "Sí se puede", le gusta más un Ministerio que a Bárcenas un sobre, pero su fichaje o el de Carmena por Sánchez está condicionado por un trabajito homicida previo con su mentor e inventor. Mientras lo perpetra, está claro que, aunque él se cree un estratega de House of Cards, es más un sicario electoral de Narcos.
Amenábar es un gran director de cine, pero ahora quiere ser también un excelso politólogo. Su debut promete: ha dicho que la España actual sigue siendo la de Franco. Sin reírse, afectado, con un dolor que le hace merecedor de ingreso en la Real Orden de Antifranquistas Esnob que preside Pedro Sánchez, vicepreside Zapatero y se ha aprovechado mucho de los pobres muertos de las cunetas pero no ha rescatado a niguno de ellos. Para responder a Alejandrito, nadie mejor que otro grande del cine español. La frase es de Banderas: "Tengo la impresión de que en 1985 Franco llevaba muerto más tiempo que ahora".
El centroderecha suma el 43,6% de los votos por el 41.5% de la izquierda. Es la media de todas las encuestas electorales publicadas en la última semana, aunque a Sánchez le pilla fuera: se ha ido a Nueva York en su contaminante Falcon a arreglar el ecosistema mundial, un reto tan a su alcance como al tuyo, Herrera, fichar por el ballet Bolsoi . El caso es que el bloque compuesto por PP, Cs y Vox supera sin problemas al del PSOE y Podemos, de lo que se deduce que el gran problema de Casado, Rivera y Abascal no es cuántos votos van a sacar Sánchez, a Iglesias y a Errejón, sino qué van a hacer para traducirlos en escaños. De momento, han demostrado gran pericia en restar, pero en cuestiones de sumas siguen pensando que dos más dos son tres.