Naranjo III: "Es increíble que se tenga que marchar Rivera y siga gente como Otegi"

Antonio Naranjo precede a la tertulia de Carlos Herrera clavando la actualidad con los temas más mordaces, humanos, ácidos e incluso cómicos del día.

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Naranjo III: "Es increíble que se tenga que marchar Rivera y siga gente como Otegi"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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SUPONGO QUE RIVERA ES EL NOMBRE DEL DIA…

Albert Rivera ha abandonado la política en un país que mantiene en esa actividad, de una manera u otra, a personajes como Junqueras, Otegi, Puigdemont o Iglesias. Que todos esos y alguno más se dediquen a una función que ha perdido en los últimos meses a personas como Rajoy, Rivera, Girauta, Jáuregui o hasta Carmena lo dice todo, pero nada bueno. Con sus defectos y errores, algunos mayúsculos, todos ellos abrían la boca y salía una idea, una propuesta o un intento de solución antes que una ofensa. Se quedan los peores con honores y se marchan los mejores, a menudo a puntapiés. ¿Qué puede salir mal?

EL SEGUNDO CLAVO DEL DÍA

Nos vamos a Bolivia. Allí ya no está Evo Morales, huido a México tras intentar un pucherazo en las Elecciones que, felizmente, fue interceptado, denunciado e impedido a tiempo. La crisis tiene una conexión española evidente que aquí apuntamos: el potencial socio de Gobierno de Sánchez, Podemos, lleva tres días con el corazón puesto en Bolivia, pero no para ponerse del lado de pueblo indignado por el fraude electoral, sino del Golpe de Estado light impulsado por el hermano Evo. Para Iglesias, Monedero o Errejón la democracia solo es válida, al parecer, cuando les da la razón a ellos y a los suyos. Y con esos mimbres lo mismo se hace en breve el cesto de la gobernación de España.

Y EL TERCER CLAVO 

La Federación Española de Fútbol va a celebrar la Supercopa en Arabia Saudí, un país que no deja o no dejaba hasta hace nada a las mujeres ir al fútbol, conducir o entrar al cine. Hará caja, 120 millones de euros en concreto, pero ni ese dineral es suficiente para comprarse una sábana lo suficientemente amplia como para tapar el bochorno, consentido por un Gobierno en funciones que se presenta como feminista donde no hace falta pero se pone turbante y esparadrapo donde urgía exhibir esos valores de igualdad. Por un puñado de petrodólares.