"La legislatura está acabada": Javier González Ferrari tiene claro el futuro de Sánchez
El colaborador de 'Herrera en COPE' analiza el problema al que se enfrentan desde Moncloa
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Miro cómo la legislatura está acabada, salvo para seguir arrodillándose ante los independentistas. Sánchez ya no tiene nada que ofrecer a los españoles, salvo inflación y gasto público improductivo. Con este bagaje vuelve a pedir socorro al PP ante la amenaza de los Rufianes de no aprobar su decreto anticrisis que tiene menos chicha que un galgo famélico.
El propio Banco de España avisa de la que se nos viene encima, aunque al solvente equipo que dirige Pablo Hernández de Cos, desde el gobierno se le hace poco caso, y los Belarra, reyes de la ignorancia y el insulto gratuito, incluida la Monarquía que prometió servir con lealtad para ser ministra, siempre que pueden le atizan por decir verdades como puños.
Como siempre, lo que pide Sánchez no es lealtad, sino sumisión, y por ahí no traga el nuevo líder de los populares. Si quiere su voto, que al menos acepte algunas de las propuestas de Feijóo que tienen, para los economistas más solventes, bastante de bueno. Seguramente, en el último minuto, incluso si hay prórroga, Esquerra no romperá la baraja.
Pero dónde van a ir, de Aragonés a abajo, que mejor estén, sin controles para pastorear a los catalanes, a su antojo, derrochando dinero a espuertas con su cansino independentismo. Rufián, más conocido ahora en los ambientes gubernamentales como Abascal, tras el intencionado lapsus de ayer por parte de Sánchez, no quiere elecciones ni loco. Ni el PNV que como siempre saca tajada tras tajada a la chita callando. Solo quiere elecciones Abascal, el genuino, que sigue con la ensoñación de un crecimiento espectacular.