Herraiz: "¿De qué no va a presumir el presidente del Gobierno? De su propio crédito que está agotado"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Buenos días. Nos han dado las ocho en este 29 de julio que no es un viernes más. Julio ha entrado en tiempo de descuento y eso ya sabes lo que significa. Unos que se van de vacaciones, otros que vuelven, los que salen de fin de semana y mucho movimiento en las carreteras. La previsión que hace la DGT es que a lo largo de este fin de semana se produzcan casi 7 millones de desplazamientos. Y son predicciones en las que tiene en cuenta los movimientos de años anteriores y circunstancias especiales como la de este año, con ningún tipo de restricción debido a la pandemia y con lo cuadradito que viene el calendario, con el domingo como último día de julio.
El que da por terminado el curso político este viernes es el presidente del Gobierno. Primero reúne por primera vez la Ejecutiva con los nuevos cargos que no son caras nuevas. Con Patxi López, María Jesús Montero y Pilar Alegría no pueden hablar de renovación, aunque lo intenten.
Y después, Pedro Sánchez va a comparecer para contarnos lo bien que lo hace. Ahí, en primer lugar, nos va a vender los datos del paro. No va a hacer especial hincapié en la ralentización del empleo que se está notando en julio. Tengan por seguro que Sánchez va a presumir de que, según los datos de la EPA, en España hemos bajado de los tres millones de parados por primera vez en 14 años y que el desempleo se ha situado por debajo del 12 y medio por ciento.
Que es un buen dato, pero sin obviar aquellos que arrojan que el crecimiento se va agotando. Lo advierte el ministro de seguridad social, José Luis Escrivá.
Balance del curso: ¿De qué va a presumir Sánchez?
¿De qué va a presumir hoy también Pedro Sánchez? Del impuesto a las eléctricas y los bancos. En el caso de las entidades financieras, van a gravar con un tipo del 4,8 % el margen de los intereses y las comisiones cobradas a los clientes. En el caso de las energéticas, van a gravar un 1,2 % del importe neto de su cifra de negocios. Con este nuevo impuesto, el Gobierno pretende recaudar unos 7.000 millones de euros adicionales en dos años para hacer frente a la inflación con regalías varias como el bono cultural, solo para los que van a votar por primera vez el año que viene, o la gratuidad del Cercanías, que todavía no han explicado cómo lo van a hacer.
Sobre el impuesto a la banca y a las energéticas, los dos sectores ya han avanzado que acudirán a los tribunales. Y cuidado porque hay estimaciones, como la que ayer hacía la patronal bancaria. Con la imposición de este impuesto el crédito puede caer en 50.000 millones de euros. Además, Las energéticas avisan de un parón de las inversiones en renovables por el impuesto.
¿De qué no va a presumir tanto el presidente del Gobierno? De su propio crédito. Que está agotado. Se vio en Andalucía hace poco más de un mes con la mayoría absoluta del PP y, desde ese 19 de junio, se lo vienen recordando las encuestas prácticamente todas las semanas. Los votantes socialistas no avalan sus pactos con Bildu, sus permanentes entregas a los separatistas catalanes y acusan también el desgaste del Gobierno de coalición con Podemos.
¿De qué tampoco puede presumir Sánchez? Del fallo de los ERE. Por mucho que defienda a Chaves y Griñán y deslegitime a la Justicia. No es para presumir que dos expresidentes de tu partido, que han presidido también la comunidad más grande de España, estén condenados por corrupción.
En el tema del fallo de los ERE, lo que se va a cocer a lo largo de este agosto, es una estrategia para salvar a Griñán o minimizar su condena lo máximo posible. Lo primero es acudir al Constitucional, donde el abogado de Griñán, mediante un recurso de amparo, trataría de eludir el fallo del Supremo.
El asalto al Constitucional se habrá consumado cuando llegue el recurso de Griñán
Cuando llegue el recurso, Sánchez y los suyos esperan haber consumado el asalto al Constitucional tras la reforma exprés acordado con Esquerra. Y si falla esta vía comenzarían los trámites del indulto. Esos son ahora los dos escenarios posibles y que, nadie dude, que van a contar con el apoyo del Gobierno.
En el propio Ejecutivo de coalición no hay unanimidad. En la parte de Podemos no ha colado el discurso de que Chaves y Griñán son honestos, honrados, honorables, que no se ha enriquecido personalmente y que en este fallo están pagando justos por pecadores. En Unidas Podemos no han seguido la línea de Sánchez de desautorizar a la Justicia, al menos, en este caso de los ERE y la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, hablaba en RNE de un asunto muy grave.
Pero que no cunda el pánico. Que nadie piense que la sentencia va a abrir ninguna crisis en el seno del Gobierno de coalición. Si tan grave es, que actúen, pero la falta de movimientos reales en Unidas Podemos lo que viene a confirmar es que también se tragan este sapo. Esto lo hemos visto ya muchas veces.
Con el caso Pegasus, con la postura de España con la guerra de Ucrania, en el volantazo con el Sáhara o con el gasto en Defensa. Sacaron un poco la patita, pero luego callaron porque tienen muchos puestos en juego y les interesa agotar la legislatura hasta el final.
Está el asunto del indulto. Ha sido el propio Sánchez el que no ha cerrado la puerta. Hasta que llegue el momento van a mantener una ambigüedad medida que han incluido en su argumentario con un mensaje claro: “tranquilos que todavía es pronto”.
Aquí hay que recordar que el PSOE promovió una reforma legal en 2016 para evitar que pudieran concederse indultos para casos de corrupción que produjeran enriquecimiento propio o de terceros. Y el Código Ético del PSOE, impulsado por Sánchez, también es contrario a esa práctica. Si la sentencia del Supremo confirma los hechos probados en la sentencia de la Audiencia de Sevilla se cumplirían esos dos supuestos.
La suspensión de Laura Borrás aumenta la brecha entre Junts y Esquerra
En el extenso capítulo de corrupción hoy ocupa un espacio destacado la que, hasta ayer mismo, ha sido la presidenta del Parlamento de Cataluña. Se llama Laura Borrás y en pocos años ha tenido una carrera política meteórica. Fue directora del Instituto de las letras catalanas de 2013 a 2018, y es de ahí de donde le han venido sus problemas con la Justicia.
Luego fue consejera de Cultura, portavoz de Junts en el Congreso, candidata a la Generalitat, presidenta del parlamento de Cataluña y líder de Junts, que es el partido de Puigdemont.
No hay que olvidar que la presidencia del Parlamento de Cataluña supone la segunda autoridad de la autonomía por detrás del presidente. De ahí la importancia de este caso que amplía la guerra entre los independentistas de Junts y los de Esquerra.
¿Por qué Laura Borrás ha sido suspendida? Porque está procesada por un delito de corrupción. Según la acusación del fiscal, cuando Borrás era directora de la institución de las letras catalanas fraccionó contratos a favor de un amigo. Recurrentemente, adjudicaba a dedo contratos menores a la misma persona por trabajos informáticos.
El importe no superaba los 18.000 euros y así sorteaba los controles y no los sacaba a concurso público. La fiscalía pide para la que ha sido presidenta del Parlamento de Cataluña seis años de cárcel, 21 de inhabilitación y una multa de 144.000 euros.
En la mesa del Parlament, además de los de Junts, están sus socios de Esquerra, los también independentistas de la CUP, y el PSC. Todos, salvo su compañera de Junts, votaron a favor de suspenderla porque así lo contempla el reglamento de la institución.
Es Laura Borrás una vez conocida su suspensión que implica agrandar la grieta entre Esquerra y Junts. Aunque son partidos que ideológicamente están en las antípodas, los dos luchan por ocupar el mismo espacio independentista. Y la lucha no es de ahora.
Mientras, el líder de lo que queda de convergencia, si es que queda algo, Puigdemont sigue fugado, el líder de Esquerra tuvo que pasar por la cárcel, aunque el indulto de Sánchez le permitiera no cumplir íntegra la condena.
Y así una larga lista de desencuentros sólo subsanables con el poder y los cargos. Ya veremos cómo salen de esta, si el asunto de Laura Borrás no hace saltar por los aires el Gobierno de la Generalitat”.