Herrera a las 8, miércoles 2 de octubre del 2019

Unas 18.000 personas, según la Guardia Urbana, se han manifestado este martes por la tarde por el centro de Barcelona en el segundo aniversario del 1-O

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Señores, señoras, me alegro, ¡buenos días!

Son las 8 de la mañana, son las 7 en Canarias. Hoy es lo que viene siendo un miércoles. O sea, que ahí andamos. La mitad de la semana más o menos, miércoles 2 de octubre del 2019, la mitad de la semana laboral. El tiempo, pues más o menos. Las temperaturas van bajando como viene siendo también lógico y digamos que en las tormentas fuertes o las lluvias localmente fuertes se esperan en Cataluña y Mallorca y también puede que en buena parte del Cantábrico. Lo demás, pues como ayer.

Vamos sabiendo a medida que pasan las horas del crimen de Castro Urdiales que, oiga, cada cosa que se conoce hace superar lo del día anterior y nos parece literalmente imposible. Ese crimen mediante el cual Carmen Merino, que está ahora en la cárcel del Dueso, en el penal del Dueso, en Santoña, al lado de la playa de Santoña, lugar maravilloso, el penal no tanto, pero pero el entorno qué les voy a contar yo. Bueno, pues allí está Carmen Merino, que es la mujer que presuntamente, hombre, todas las evidencias indican no solo mató al marido, bueno, desde luego, lo guardó, lo congeló y después colocó la cabeza del mismo en una caja que entregó a su vecina para que se la custodia durante un tiempo.

Ella no sabía, la vecina, que ella había una cabeza, lo supo cuando abrió la caja porque olía mal. Bueno, se ha conocido o se ha sabido por investigación del servicio de Criminalística de la Guardia Civil que al parecer esa cabeza fue cocida, es decir, esta señora, esta mujerr, esta individua que debía tener al marido troceado en un arcón congelador porque si no un cuerpo no cabe y, además, cómo metes un cuerpo entero tú sola por muy fuerte que seas, cómo manejas un cuerpo muerto, cómo lo despedazas primero y cómo acabas con su vida y cómo limpias las evidencias y los restos.

Pero es que coge la cabeza y la mete, es decir, va al congelador, lo abre, saca la cabeza y la mete como el que se pone a cocer cabezas de gambas en una olla. Y luego la mete en una caja y se la da a la vecina. Todo para que oliera menos o fuera más, no sé. Ayer hablamos aquí con Begoña Arias, que es prima política de la víctima, y nos explicaba que sospecharon de ella desde el primer momento de la desaparición. Pocas historias más rocambolescas, más escabrosas que esta. Pocas historias que nos hayamos topado en los últimos años, de la que iremos adelantándole a medida que conozcamos cosas nuevos detalles, otros nuevos detalles.

El resto sigue siendo el aniversario del 1 de octubre ayer en Cataluña, el segundo aniversario después del 2017 en el que se produjo aquella verbena, aquella tontuna del referéndum que ha sido más tranquilo de lo esperado. Mire, y aquí hay, podemos entenderlo de varias maneras: una clave es el agotamiento porque es que quién no va a estar agotado, ya les he dicho que ser catalán últimamente es muy agotador, pero también es que la gente puede estar reservando fuerzas para la sentencia del proceso. Pero, ciertamente, la sensación de que el independentismo empieza a digerir que les han vendido un muñeco, eso no es una sensación infundada, un muñeco inoculado en fanatismo, en el fanatismo más grande que ustedes quieran, pero un muñeco.

Ayer se juntaron 18.000 personas en Barcelona, pocas en Gerona, pocas en Lérida, 18.000 según la Guardia Urbana, que esos cuentan de 5 de 5, o multiplican por bastante cuando cuentan, el típico folclore de todos los días. Y luego la rabia, la agresividad cada vez peor gestionada por estos fanáticos, estos hiperventilados que ayer volvieron a salir a las calles. Gente que es capaz de lanzar un recipiente lleno de líquido a una periodista de televisión, por ejemplo, a la periodista de Telecinco que ayer sufrió su escarnio.

Este es el ambiente que tuvo que soportar Laila Jiménez que, por cierto, es una espléndida reportera, una magnífica reportera. Pues es lo que hay con Quim Torra llamando a la sociedad catalana a la desobediencia masiva cuando se conozca la sentencia del 1 de octubre.

Miren, entre ellos se alimentan. Se alimentan de gestos, de retórica, de velitas, de consignas baratas de los años 30. Es, efectivamente, un folclore triste, con aires de funeral, con el agotamiento de todos, con una especie, bueno, con una inevitable, innegable decadencia. Aunque es evidente que todavía pueden actuar, pueden desestabilizar, puede fastidiar, pueden hacer ruido, pueden estar en las calles, pero saben que cada vez son menos porque hay mucha gente porque es que no se puede pedalear sobre las nada permanentemente.

¿Y mientras tanto qué hace, por ejemplo, el Estado? Pues el PSOE repartiendo el trabajo. Por un lado está Sánchez hablando de España porque esa alfombrilla de baño que le ha salido que es Errejón ha preferido hablar de país, le ha dejado España. Ahora España, antes no sé y pasado mañana tampoco lo sé, pero ahora conviene España.