Barbosa: “La suma guerra de Ucrania + temporada otoño-invierno, no va a sentar nada bien a nuestro bolsillo”
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¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este jueves 25 de agosto de 2022.
La semana que viene, cuando volvamos a decir que es jueves -que, por cierto, ya se lo dirá Carlos Herrera, porque ese día arrancará la nueva temporada radiofónica-, ya habremos ingresado, oficialmente, en el mes de septiembre.
Y están los políticos de aquí y de allí y también los expertos en cuestiones energéticos con unos ánimos y, sobre todo, con unos mensajes, que dan ganas de esconderse debajo de la toalla o de encadenarse al palo de la sombrilla, como se encadenó Tina Cervera a los árboles del Paseo del Prado y negarse uno a que termine el verano. Porque, ciertamente, nos están haciendo el cuerpo a que la suma guerra de Ucrania + temporada otoño-invierno, no le va sentar nada bien a nuestro bolsillo.
RUSIA BOMBARDEA UNA ESTACIÓN DE TREN EN UNCRANIA EL DÍA DE SU INDEPENDENCIA
Y eso que en lo energético o en lo militar no ha pasado nada excesivamente relevante en las últimas horas, pero se nota en el ambiente que el camino empieza a empinarse. Y eso que, como decimos, el aniversario de la independencia de Ucrania y los seis meses de guerra, al final, transcurrió con “relativa, relativa tranquilidad”. Lo decimos con muchas comillas porque el bombardeo a una estación de tren, dejó 22 muertos y 50 heridos, que es una salvajada.
Pero da la sensación de que los ucranianos temían que el día de ayer fuese incluso peor. Si algo aprende rápido la gente que tiene la desgracia de vivir una guerra es que tienes que acostumbrarse a vivir el día a día, sin dar nada por seguro y sin descartar que el día siguiente sea peor que el anterior.
El caso es que, por hache o por B, el mundo sigue pendiente de lo que pueda hacer Rusia en el plano militar y en el energético. Y si algo ha quedado claro en las últimas horas, reconocido aquí y allá por los dirigentes europeos, es que estamos en manos de Vladimir Putin, lo mires por donde lo mires.
Hay un dato que lo resume todo: a pesar de las sanciones, a pesar de que le compramos menos gas, como el gas está más caro, a Putin le estamos pagando el doble que antes: 14 mil millones al mes. Y ya saben, temblando por si a este hombre le da por no reabrir en septiembre el gasoducto que volverá a cerrar el lunes, supuestamente, para una nueva revisión.
Esto es como al que le viene un tsunami y ya lo único que le queda es ver dónde se esconde, cómo pone el cuerpo y qué tiene que hacer o dejar de hacer para que el daño sea lo menos posible.
PREPARARNOS PARA UN INVIERNO DURO Y DE SUFRIMIENTO
Ayer llamó la atención que la ministra de Defensa, Margarita Robles, no tuvo pelos en la lengua: la gente no es consciente del invierno tan duro que vamos a pasar. Va ser un invierno durísimo y va a haber sufrimiento, aseguró la ministra.
Pero es que, además, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dio también un discurso, que más allá de lo redicho que es y lo que le gusta el lirismo grandilocuente,hombre, da que pensar. Ojo con este aviso a navegantes, se acabó la “era de la abundancia”, se acabó el gas barato, se acabó dar por sentado que la norma que rige el mundo es únicamente la democracia liberal y se acabaron muchas cosas que han saltado con la guerra de Ucrania.
Lo hemos dicho ya en alguna ocasión: cuando pase la guerra, cuando pase la crisis energética y el rejonazo económico que nos deje, lo que va a quedar, seguramente, en los libros de HIstoria va a ser un cambio de paradigma, una nueva dinámica geopolítica.
Y eso es a lo que Macron ha venido a poner palabras, con ese discurso. En todo caso, lo más urgente ahora mismo es ir negociando las curvas según nos vienen.
Ayer, por ejemplo, el precio del gas, sin que sucediera nada especialmente relevante en el suministro, volvió a subir. El gas de referencia en Europa superó los 300 euros el megavatio. El gas ya sabemos que tiende a subir al alza el precio de la electricidad, por el peso que tienen en el mix energético las centrales de ciclo combinado.
Esas centrales que usan gas aportan una tercera parte de la electricidad que necesita España, pero las otras dos terceras partes dependen de otras fuentes como las nucleares, la hidro-eléctrica o las renovables. Y las renovables ya se sabe que, hasta que se pueda acumular lo que generan en los días buenos, pues van a seguir siendo muy irregulares.
Unos días aportan mucho, y eso hace que dependamos menos del gas y otros día no aportan casi nada.
Bueno, pues ayer fue uno de esos días en los que, dentro de lo malo, dentro de cómo está el gas en el mercado internacional, tras hacer el ajuste de lo que se debe abonar a las centrales que usan el gas, desde que estamos aplicando el tope, se pudo bajar un poco el precio de la luz en España. El megavatio-hora está hoy en 380 euros, un 12% menos que ayer. En fin, una pequeña tregua.
A todo esto, hoy es el día en el que el Congreso de los Diputados debe convalidar el famoso y polémico decreto energético. Como cabía esperar, los nacionalistas y separatistas que apoyan al Gobierno han decidido echarle un capote, a cambio principalmente de que el decreto pase a tramitarse como proyecto de ley, para que se puedan hacer algunas modificaciones, que hoy sabremos cuáles pueden ser.
La cuestión es que la vicepresidenta Teresa Ribera ya respira tranquilar, al confirmar que al gobierno, al final, le salen los apoyos necesarios. No hay manera de que, con la que está cayendo, salgamos del pequeño politiqueo de si el PP no me apoya las minucias de subir un grado la temperatura en los comercios, es que está también en contra de bonificar el transporte público a la gente corriente.
La verdad es que es un poco desesperante, porque da la sensación de que los que están a los mandos se empeñan en enredarse con medidas que no sirven para gran cosa, mientras, en realidad, se lo siguen tomando todo con demasiada parsimonia. El plan estratégico de septiembre, que Ribera dice que será más ambicioso, seguramente es lo que ya se tendría que haber aprobado muy al comienzo del verano y no el decretito que hoy toca convalidar.
Pero es que ese plan estratégico de septiembre, da la sensación de estar más verde que los lirios, porque ayer Ribera ofreció a los empresarios y a otros colectivos que aporten ideas, si lo desean. Estamos a 25 de agosto y, por lo que se ve, todavía estamos a tiempo de aportar ideas a un pla estratégico sobre energía en tiempos de guerra. Lo mismo nos equivocamos, pero da la sensación de que las cosas se pueden estar haciendo tarde y de manera demasiado superficial.
Porque raro será que de ese plan estratégico salga la decisión del gobierno de cambiar su política sobre las centrales nucleares. Ayer tuvimos aquí una interesante charla con Javier Blas, periodista que conoce al dedillo el mundo energético, y nos decía que, hombre, hacer centrales nuevas no es realista y mantener las que ya por edad no dan más de sí, tampoco. Pero que habría que darle una vuelta a alargar la vida útil de las centrales que sí fetén en condiciones de dar más servicio. Que es, precisamente, lo que acaba de anunciar Japón. Sí, la Japón de Fukushima, ha anunciado la creación de centrales nucleares, de nueva generación.
Es decir, no parece que estén las cosas en el mundo como para empeñarse en que la ideología esté por encima del pragmatismo. Que es algo que entienden perfectamente las familias y las empresas del sector privado.
Miren si no también, la decisión que ha tomado la Ford en Valencia. Se comprometieron a impulsar los coches eléctricos, y su intención sigue siendo ésa, pero, visto lo visto, han renunciado a los 106 millones del PERTE que les había ofrecido el gobierno para electrificar la planta.Es decir, que lo mismo estamos en un momento en el que hay que ser realistas y darse cuenta de que determinados proyectos deben esperar un poco.
En fin, qué habrá que esperar qué novedades se introducen en el decreto energético, cuán ambicioso es el plan estratégico de septiembre para calibrar si aquí estamos o no estamos en babia.
Pero de momento, aquí en vez de anunciar medidas estructurales, de las que suponen un verdadero cambio en la política energética de un país, parece que lo queremos arreglar todo con que los comercios y los ciudadanos particulares gasten poquito.
LA GIRA POR SUDAMÉRICA DE PEDRO SÁNCHEZ
Como saben, al presidente del gobierno lo tenemos en Colombia y, allí, a falta de medidas más ambiciosas, a Pedro Sánchez le han preguntado por lo de quitarse la corbata. Macron diciendo que se acabó la era de la abundancia, nuestra ministra de Defensa asegurando que nos espera un invierno durísimo y Sánchez con que nos quitemos la corbata.
Desde luego, da la sensación de que no hay un plan coherente para que la gente sepa realmente a qué atenerse de cara a una crisis que, como nos comentaba Javier Blas, se va a adelantar dos meses, respecto a lo que se pronosticaba.
Ahora, eso sí, a este gobierno hay que reconocerle un don: da igual la calamidad que se nos venga encima, que ellos su agenda ideológica no la dejan de lado ni con agua hirviendo. Lo hicieron durante la pandemia, que ni con pandemia dejaron de impulsar y aprobar sus leyes ideológicas y lo van a seguir haciendo ahora, por mucha crisis energética que se nos presente.
Nada más llegar a Colombia, a Sánchez le ha faltado tiempo para mostrar su sintonía con el nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro, el exguerrillero que le sacó el otro día al Rey la espada de Bolívar.
Bueno, pues Sánchez se ha ofrecido incluso para que España acoja las conversaciones de paz entre el nuevo gobierno de izquierda y el Ejército Nacional de Liberación, que es meterse en un jardín, que en Colombia provoca muchísima controversia, porque allí los hay que se están haciendo cruces por los acuerdos o las concesiones que les pueda hacer a los terroristas de ideología marxista un presidente que también fue guerrillero.
Hoy, precisamente, haremos una reflexión profunda sobre lo que está pasando en Hispanoamérica, con el auge del populismo y como ese populismo también está echando raíces en España.
Ayer Sánchez por cierto, evitó llamar dictador a Nicolás Maduro, con muchas dificultades, tal vez porque no se espwraba una pregunta tan directa. Como aquí en España, últimanete no se deja preguntar, pues se pierde la práctica.
También les digo una cosa, el embajador de España en Ucrania seguramente debe estar pensando que Pedro Sánchez más que arreglar lo de la violencia guerrillera en Colombia, lo que debería hacer es cumplir su palabra y ayudar militarmente a Ucrania, en la guerra en la que nos jugamos el futuro energético
Tal ha sido el palo que nos ha pegado Ucrania por ser tan postureros a la hora de prometer y tan poco fiables a la hora de cumplir, que el ministerio de Defensa ha tenido que anunciar un nuevo envío de armamento.
Y es que, parece que la fama de Sánchez ya ha llegado a Kiev.