García Muñiz: "¿Tienen sentido las medidas territoriales que están adoptando cada una de las comunidades?"
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Fernando era padre de tres hijos. Tenía 69 años y vivía en la Eliana, en Valencia. Hoy se cumplen seis meses de su fallecimiento por un fallo multiorgánico derivado de la inflamación de sus pulmones.
Fernando ingresó el 9 de febrero en el hospital Arnau de Valencia tras regresar de un viaje en Nepal. Presentaba síntomas que se podían confundir con una gripe común, dolor muscular, fiebre y tos y ese fue el diagnóstico. Sin embargo dos días después volvió al hospital ya en estado muy grave, con neumonía y disnea. Fernando murió el 13 de febrero, en teoría por una gripe que se complicó. Pero la verdadera causa de su muerte no se conoció hasta tres semanas después, cuando le hicieron una necropsia y confirmaron que realmente había muerto por coronavirus.
Por aquel entonces, en el mes febrero el Covid ya hacía estragos en China, en la región de Wuhan y comenzaba a extenderse por el norte de Italia. Fernando fue el primer español que murió por coronavirus, una muerte de la que hoy se cumplen seis meses.
EL PEOR DATO DE AGOSTO
Desde entonces, el número de fallecidos por coronavirus en nuestro país no ha dejado de crecer y ha llegado hasta la cifra oficial de 28.581 personas, aunque la real saben que es mucho más alta. Seis meses de coronavirus en nuestro país y no nos libramos del maldito bicho. El aumento en el número de contagios no cesa. Un día más, tenemos que hablar de cifras malas. En las últimas 24 horas se ha registrado en España el peor dato del mes de agosto; casi 1.700 positivos y eso sin contar los datos de Madrid. La Comunidad alega problemas técnicos para facilitárselos al ministerio de Sanidad pero al mismo tiempo su web cifra en 654 los contagios en el último día.
Por comunidades, bajan los positivos en Cataluña y Aragón y aumentan en Madrid, País Vasco y Andalucía.
YA HAN PASADO CINCO MESES
Hay que retroceder hasta el 16 de marzo para encontrar una cifra similar. Aquel lunes era el primer día laborable en España después de que se decretara el estado de alarma. Este sábado por cierto se cumplirán cinco meses de aquello. Cinco meses ya desde que nos quedamos confinados en casa tras el anuncio del presidente Sánchez.
Y donde algunos veían en el verano la posibilidad de que el calor acabara con el virus. La realidad nos ha puesto delante del espejo. El aumento de la movilidad por las vacaciones y las negligencias e irresponsabilidad de muchos han hecho que la situación sea en estos momentos muy delicada. Por el presente pero también por el futuro. Por el mes de septiembre. Y aquí quiero que se detengan conmigo en tres escenarios que ponen de relieve el momento que atravesamos:
El primero, una medida sin precedentes en España. Galicia prohíbe desde hoy fumar en la calle o en terrazas si no hay una distancia de seguridad de dos metros. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo insiste en que la medida durará en el tiempo. El objetivo es reforzar el uso de la mascarilla en los espacios públicos pero es verdad que desde el inicio de la pandemia muchas voces expertas llevan advirtiendo de la estrecha relación que existe entre el tabaco y el coronavirus.
De hecho la Organización Mundial de la Salud confirmaba hace un mes en un informe técnico que las personas infectadas por la Covid y fumadoras tienen un mayor riesgo de sufrir síntomas más graves.
En nuestro país, la Sociedad Española de Epidemiología lleva también tiempo exigiendo que se amplíen las zonas libres de humo porque los fumadores asintomáticos, al exhalar el humo, pueden emitir gotas de agua que infecten a las personas de su alrededor.
La medida de la Xunta no aclara qué régimen sancionador se aplicará. Se supone que el del uso de la mascarilla. Tampoco se concreta quién es el responsable de que alguien fume en una terraza. ¿El cliente o el hostelero? Por eso aquí la pregunta es si estas medidas territoriales que está adoptando cada una de las comunidades tiene sentido o debería existir más coordinación entre un Gobierno central de vacaciones y las autonomías.
Esta misma medida que ahora adopta Galicia, la están estudiando también con sus comités de expertos Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
El segundo escenario que no debemos perder de vista son los hospitales porque allí encontramos el indicador que mejor nos permite conocer la gravedad de la situación. En la última semana casi 1.000 personas han precisado hospitalización en España. Aragón ha sido la comunidad con más ingresos, hasta 225 y Madrid es la segunda comunidad con 144.
En las UCI de esta comunidad hemos pasado de 38 a 70 hospitalizados en una semana. Esto hace que algunos centros estén movilizando ya recursos para atender posibles repuntes. Es el caso del Hospital de Móstoles y del 12 de Octubre, donde se han suspendido las operaciones que no son urgentes.
Los hospitales y sus profesionales quieren estar preparados pero de momento no estamos en una situación de alerta como la que vivimos en marzo caundo no daban abasto.
Madrid encadena ya cinco semanas consecutivas con incrementos de casos. Una de las preguntas que se hacen los profesionales médicos es qué pasará en septiembre si ahora con la actividad de la ciudad muy reducida ya estamos así.
Y el tercero de los escenarios lo encontramos en las residencias. El Ministerio y las comunidades miran allí de reojo. Los Epidemiólogos aconsejan no bajar la guardia ni un momento porque suponen el mayor grupo de riesgo., por la edad avanzada de los residentes (La letalidad del Covid se dispara por encima de los 70 años. y porque suponen un agrupamiento bajo un mismo techo. Seis meses después del inicio de la pandemia no se sabe con certeza cuántas personas perdieron la vida en estos centros pero ahora está claro que fue un foco explosivo y la fotografía no se puede volver a producir.
Desde junio cadas una de las más de 5.000 residencias de nuestro país deben contar obligatoriamente con planes de contingencia, pero ha habido que esperar a principios de agosto, casi dos meses para que el Gobierno acuerde con las autonomías y la Federación Española de Municipios y Provincias un documento en el que se establecen una serie de recomendaciones para dar una respuesta coordinada ante los rebrotes.
Los profesionales del sector reconocen que después de la primera ola hay una mayor preparación pero la falta de anticipación puede conducirles de nuevo al límite.
Lo dicen porque en los últimos días las residencias han vuelto a ser escenario de contagios y rebrotes en muchas comunidades.
En el País Vasco, en las últimas horas se han detectado una veintena de casos en una residencia de Zamudio, en Vizcaya. En Aragón hay más de medio centenar de centros afectados, en Motril 60 personas se encuentran en cuarentena dentro de una residencia y en Madrid, el traslado de mayores entre centros tras detectarse un brote en uno de ellos, ha extendido la enfermedad a dos municipios.
A día de hoy las competencias de los centros residenciales recaen en las autonomías y por eso en Madrid, el Gobierno ha modificado su protocolo de actuación. El documento contempla medidas más restrictivas en lo que a visitas de familiares se refiere y a ingresos y salidas de los residentes en función de la situación serológica de cada centro.
Hay que tener en cuenta que el 61% de los mayores en residencias de Madrid tienen anticuerpos. El dato permite cierto optimismo de cara a una posible segunda ola sin perder de vista todo lo que nos ha enseñado el Covid. Que las personas que se encuentran en las residencias no son cifras, son personas que nos recuerdan todos los días que la longevidad debe ser cuidada con independencia de su coste. Una residencia es un recurso público, no importa quién sea su titular y las personas que viven en ellas tienen derecho a una atención integral.
Reconocer el protagonismo de nuestros mayores en nuestra vida social es la primera medida de protección frente a su vulnerabilidad.