Herrera: "A ETA no la derrotaron las negociaciones de Zapatero, sino las fuerzas de seguridad del Estado"

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Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!

Digamos que era la cabeza de la serpiente. Esa serpiente enroscada en el hacha que tantas cabezas ha cortado en España durante 50 o 60 años. Y la cabeza de la serpiente era un tipo que llevaba vagando por ahí más de 17 años en los que, entre la justicia española, que es un poco boba, y la política española, que muchas ocasiones es absolutamente estúpida, permitieron que se escapara y se fugara el hombre que había ordenado los crímenes más abyectos de la banda terrorista ETA.

Es verdad que es muy difícil hacer una comparación o un escalafón de crímenes abiertos hablando de ETA, pero Urrutikoetxea Bengoetxea era el ideólogo de crímenes masivos, reactivos o indiferentes a quien pasara por allí, que la banda puso en funcionamiento durante muchos años. La casa cuartel de Zaragoza sirva como ejemplo. No sé cuántos kilos de explosivos colocados en un coche y en un momento, y lo tenían que saber quiénes actuaron, en el que los niños estaban saliendo hacia el colegio compañados por sus madres y sus padres. Y en ese instante la deflagración y el hundimiento del edificio. Y muertos y más muertos y gritos y tragedia.

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Ese era el tipo al que llamaban Josu Ternera, que para que veamos que hasta qué punto alcanzó un punto de miserabilidad la política española, fue parlamentario en el Parlamento Vasco. Y hasta que veamos qué apunto de sarcasmo puede llegar a alcanzar la iniquidad de nuestra representación soberana, fue miembro de una Comisión de Derechos Humanos en la que al PNV cuando le preguntabas, al PNV, se lo pregunté yo: ¿A ustedes esto no les revuelve el estómago? Te decían: “No, es que así él va a tener ocasión de comprobar lo que ha significado el haber sido inhumano con las víctimas”. Claro, claro. Es decir, la Comisión de Derechos Humanos como una suerte de correctivo para un asesino múltiple.

Por eso, cuando le digan qué mal estamos en política, que hay que... ¡A qué punto ha llegado la política española! No, no, ha llegado a peores momentos, eh. Ha llegado a tener sentado a un criminal en una Comisión de Derechos Humanos, cosa que eso, al menos, ahora no ocurre.

Y el criminal se marchó. Y entonces la Guardia Civil, que no olvida felizmente, se puso a buscarlo con todos los resortes que tiene la Guardia Civil en Francia, que son muchos pero, desde luego, son muy valientes. Hombres y mujeres infiltrados en ETA.

Y como estamos en el siglo XXI, y en el siglo XXI por mucho que le digan, oiga, se puede encontrar una aguja en un pajar, dieron con él en varias ocasiones. Pero alguien siempre en el último minuto frustraba la operación: bien un gobierno que pusiera el pulgar hacia arriba en lugar de hacia abajo, bien una misteriosa llamada de teléfono, bien la aparición de tres tipos que tiraba mucho el cuello haciendo ver que buscaban en una clara maniobra de alerta.

¿Por qué no interesaba que Josu Ternera fuera apresado en algunos momentos y en otros sí? La clave la ha dado el ministro Belloch, que fue ministro del Interior. Le han apresado ahora porque ya no hay ninguna negociación con ETA, porque ya no es necesario, porque era la última bala de plata. Llámenlo como quieran.

Bueno, algunos lo han calificado de “héroe”. Ya con eso... ¿Qué quieren que les diga ? Querido Josu Eguiguren, yo que tantas veces he hablado contigo de estas cosas, ¿cómo puedes llamar “héroe de la retirada”, héroe de cualquier cosa a un asesino con el que te has sentado, por cierto, a negociar? Porque te envió Rodríguez Zapatero a negociar cuando ETA estaba derrotada, eh. Y a ETA no la derrotan las negociaciones de Rodríguez Zapatero ni de nadie.

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Herrera: «A ETA no la derrotaron las negociaciones de Zapatero, sino las fuerzas de seguridad del Estado»

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A ETA la derrotan unos tíos y unas tías de verde, otros de azul y otros que no sabemos qué color llevan, que son los del CNI. Esos sí que derrotan a ETA. Y esos buscan a Ternera y encuentran a Ternera en ocasiones.

Pero bueno, vale, dejémoslo, estamos en campaña electoral y, hombre, mira, acaba de aparecer Josu Ternera al que hubo que buscar con circunstancias, que hoy se revelan en la prensa, que son particularmente interesantes. Esto lo iremos conociendo más con el tiempo, pero de momento vamos conociendo ya algo. Vamos conociendo que ese vídeo en el que Josu Ternera hace de protagonista al final de ETA es el que empieza a darle pistas a los guardias civiles para, tirando del ovillo, acabar localizándolo.

Saben que estaba malo, enfermo, y que iba visitando hospitales finalmente siguiendo a un contacto, a uno de los contactos de ETA que todavía contactaba con Ternera, sabían que el sábado tenía una visita en un hospital a un médico en un ámbito... En fin, en una comarca amplia donde hay cerca de 30 o 40 o 50 hospitales, con lo cual, que hubo que repartir personas en esos 50 lugares para ver si los veían, con el guardia francés, por cierto, al lado porque tu guardia civil en Francia encuentras a Ternera y quien lo tiene que detener es el guardia civil porque, además, Ternera tiene causas pendientes en Francia. Y así fue. Es ese. Lo trincaron y ahora se va a a Paris. Ha pasado la noche en la prisión de Bonneville.

Va a ser presentado ante un tribunal porque tiene una sentencia firme de 8 años por pertenencia a grupo terrorista. Aquellos que quieran ver a Ternera, a Josu Ternera, en una cárcel española, tengan en cuenta una cosa: Ternera tiene 70 años, dice que está enfermo, cáncer terminal, no lo sé. Es posible o a lo mejor no. Y tiene que pasar 8 o 9 años en una cárcel francesa. Esperemos que durante ese tiempo pueda ser juzgado en España. Es decir, sentarse ante un tribunal que actualice debidamente todas las causas pendientes que pueda tener y por el que se le puede acusar.

Pero ahora, en fin, al menos que pueda servir para informar a las fuerzas de seguridad dónde están o qué hicieron o cuál fue la implicación de otros 30 que andan por ahí y que tienen que responder ante la justicia. Sobre todo para que las víctimas tengan la sensación de justicia cumplida. Es decir, nada de pelillos, nada de reescribir el pasado, nada de caer en la tentación de pensar que, bueno, aquello fue un tiempo que ya terminó y que hay que superar y que hay que olvidar.

Es altamente improbable que los muertos se levanten y vayan a cenar a la a la mesa ya de otoño tardío en la que todavía están sus familiares. Pero, desde luego, no debe ser improbable que independientemente de la piedra que cada uno tenga, Josu Ternera pase el resto de su vida en madrugadas inciertas llenas de constricción, llenas de contrariedad y espero que llenas de aburrimiento.

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