HERRERA A LAS 8
“La política no puede traicionar al millón de personas que salió por las calles de Barcelona”
La masiva manifestación en la Ciudad Condal a favor de la unidad de España, en el editorial de Carlos Herrera
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!
Es lunes 9 de octubre del 2017. Un día después, como les vengo contando, de que haya pasado una fecha que muchos recordarán porque puede significar un antes y después. Nadie daba crédito unos días antes de lo que ayer pasaba en las calles de Barcelona. Yo no sé cuanta gente había. Les voy a decir lo mismo que con la Diada: no sé cuánta gente había, pero había mucha gente. Colapsado el centro, abarrotado, una masificación transversal. Y sin niños por cierto, que abultan más si hubieran ido; familias, amigos, resto de españoles, gente muy harta que ha visto la oportunidad de desinhibirse, sea por indignación después de tantos años de ofensas, de xenofobia, hartos del adoctrinamiento de medios de comunicación, o sea porque se vieron abrigados por el discurso del Rey.
La gente se movilizó. Eso que se llama la energía civil, la nación, tantas veces muy acomplejada. Era mucha gente que pensaba igual pero que no se conocían. No tenían constancia de que en tu misma escalera había otro que pensaba como tú. Gente que mostró que se puede defender la democracia constitucional como hicieron Vargas Llosa y Josep Borrell. Gente que defiende que el nacionalismo no se cargue su país.
Ayer hubo una obstaculización activa y pasiva. Pasiva de Colau. Autobuses y metros colapsados y aun así, servicios mínimos. ¿Tantos autocares vinieron? Pues llegaron 100. Que tampoco son tantos hasta llegar al millón. Quisieron desnaturalizar. Pero la verdad es que era una mayoría silenciosa que empezó a hablar. Se demostró que Cataluña no es un único pueblo que quiere emanciparse en el que vive el indigenismo catalán. Después de ayer ya no hay una sola Cataluña.
La Cataluña timorata, asustadiza, ayer acabó con la incomparecencia, para decir que no al totalitarismo y resulta que era verdad. Aquellos que hemos estado manifestándonos durante muchos años ha quedado demostrado que teníamos razón porque salieron de madrigueras, del orfanato en el que viven escuchando durante años que son escoria. Asistiendo a este parque temático de comisarios políticos. Después de la manifestación de ayer, los independentistas siguen con sus planes. Aunque algunos parecen pedir una tregua.
Los independentistas y Puigdemont, ahora mismo los golpistas, están en una encrucijada muy difícil. La gente sale a la calle y las empresas se van junto a las que ya se han ido. Y tiene un dilema, y ahora ante quien voy a quedar peor. Y es que el independentismo catalán, los golpistas, tienen dos formas de perder. O el precipicio o la frustración de los hooligans mediante la aceptación de una derrota. Es decir, la aceptación de los suyos o la posibilidad de ir a la cárcel.
Ahora se están inventando si hay un mediador. Ayer vivimos un día de rebeldía cívica. Fue el grito de un país que quiere ser unido, que no está dispuesto a arriesgar su futuro. Que no están dispuestos a quedarse solo en mitad de la nada. Que no quieren perder los ahorros ni la jubilación de cuando les llegue. No quieren una Cataluña a la que pasen a ser ciudadanos de barracón, eternamente agazapados en los muros del exilio interior.
Ayer recibí el sms de un amigo, cuando veía el centro de Barcelona abarrotado. “Escúchame, aquí hay partido todavía”. La pregunta es, ¿tiene el Gobierno preparada la respuesta si mañana Puigdemont da el paso? Porque estos siguen con sus planes. Aunque ya ven que intentando pedir un tipo de tregua.
Pero es que la política no puede traicionar al millón de personas de ayer. Gobierno de España, la política no puede traicionar al millón de personas de ayer. Desde hacía mucho tiempo, el Estado no estaba en Cataluña. Si se siguen dando pasos en adelante no habrá más remedio que aplicar artículos aunque no sean fáciles.
Al menos la mitad de Sevilla, ayer dejaba clara una sentencia definitiva. La última vez que Cataluña se proclamó independiente, el Betis ganó la liga. 1934. Así que como se dice por aquí: 'Puigdemont mi arma, ahora no te vayas a rajá, ¡no te vayas a tirá pá atrás!”.