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El primer sonido del día de CARLOS HERRERA
"Europa que tiene una grandeza, que es su diversidad, pero esa grandeza también la hace más débil"
Carlos Herrera repasa los principales titulares en el primer sonido del día que marcarán la actualidad de este lunes 17 de febrero de 2025
- 6 MIN
Señoras y señores, me alegro. Buenos días.
Bueno, damas y caballeros. Ya es lunes. Por fin, ¿eh? Todo llega, hombre, todo llega. Que ya eres un poco de paciencia. Es verdad que se hace eterno el fin de semana. Y uno no se consume en esas horas. Y llegará el lunes que pueda levantarme y volver a la rutina del trabajo o a la aventura del trabajo. Tranquilo porque llega.
Ya está. Aquí, 6 de la mañana, vamos a disfrutar de esta semana, que es la penúltima de febrero, que comienza más o menos con tiempo estable, península y baleares. Hay un frente canarias que puede dejar alguna lluvia, sobre todo en la palma. Y bueno, bancos de niebla, lo propio de este mes.
No era, seguramente si hablar retrocediéramos más de cuatro años atrás. No era fácil prever que en este momento estaríamos debatiendo acerca de un asunto fundacional importante, de los que abre un debate genérico en todo el continente europeo, que tiene que ver con su ser. No porque hace cuatro años todavía no había comenzado la guerra de Ucrania. Y hace cuatro años, bueno, el Brexit ahí andaba dando sus primeras bocanadas. Y efectivamente se empezaba a hablar del rearme de Europa.
Qué es de lo que ahora mismo estamos hablando. Rearmar Europa. Pero rearmarla, ponerle un mosquetón, ponerle un fusil de asalto a cada europeo en la mano, no es eso, esencialmente. Bueno, la creación de un ejército europeo es un tema de fondo.
Pero el rearme de Europa que tiene una grandeza, que es su diversidad, pero esa grandeza también la hace más débil. Bueno, seguramente este momento algún día acabará plasmado los libros de Historia. Estamos ante un cambio de orden mundial. Y todo cambio de orden mundial que además se produce, no diré de sopetón, pero casi de sopetón, con la llegada al poder de un individuo a la Casa Blanca, a los Estados Unidos, eso inquieta, es incierto. Y sobre todo doloroso.
¿Doloroso por qué? Porque Europa y Estados Unidos han formado el Eje Atlántico, la relación atlántica que nació en la Segunda Guerra Mundial. Y esa relación ha quedado tocada, tocada, después de que para acabar la guerra de Ucrania, Estados Unidos haya realizado una acción, digamos, realmente audaz, pero incierta, en la que ha venido a decir, tú y yo, Rusia, somos los que aquí mandamos y repartimos el orden mundial en esta zona del mundo.
Luego están los chinos y esa es otra pelea. Pero vamos a ponernos de acuerdo. Y Europa no se ha incorporado debidamente a esa mesa. Es un dibujo fácil, rápido, que se realiza sobre el que hay que profundizar cómo Europa quisiera. Miren, hasta el Reino Unido, que ya no es de la Unión Europea, va a asistir hoy a la reunión que ha convocado urgentemente en Francia. El presidente francés, Macron, con los principales países comunitarios.
La Conferencia de Seguridad de Múnich, de la pasada semana, ha anunciado un divorcio. Ha creado un abismo grande en medio del Atlántico. Y Londres parece haber quedado encuadrado en el lado europeo. Y esta cumbre europea de urgencia quiere decir que este fin de semana hemos resistido a ese momento histórico que les decía en que Europa ha cobrado conciencia de que se ha quedado más sola que la una.
Aquí vino esa conferencia de Múnich, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y realizó un discurso que muchos entendieron, era agresivo y faltó con los europeos. Otros aseguran que hay que entender mejor a Vance y que hoy en los Estados Unidos lo único que han hecho es efectivamente meter las narices en algunos asuntos internos de Europa, como exactamente los europeos hacemos en Estados Unidos.
No hay un país sobre el que se opine tanto desde fuera como Estados Unidos. Todos los europeos, bueno, es que parece que tengamos voto en aquel país. Pero cuando ha hecho exactamente lo mismo Banze y ha dicho cosas que a lo mejor no han gustado en Europa, digamos que las sensibilidades han vuelto a flor de piel.
Bueno, más o menos lo que se ha venido a decir es que hay esferas de influencia en el mundo. Y la esfera que le toca controlar a Estados Unidos la va a controlar sin miramientos. Putin, tú y yo, se ha dichó Trump y Putin, nos dividimos esto. Que los chinos ya vayan por otro lado y ya lo arreglaremos.
Hombre, en 1938 también en Múnich se estableció un pacto en el que se decidió que Alemania se iba a quedar con una parte de Checoslovaquia para ver si hay un Hitler así se calmaba. Los famosos Sudetes. Bueno, pues Hitler, ¿qué pasó? Se quedó con los Sudetes y luego fue a por lo demás. Y ocupó, como saben ustedes, Checoslovaquia entera.
Y a partir de ahí, porque, voy a decir, la dinámica que ha añorado a Donald Trump, recuperar el mundo tensionado, tal vez, pero sencillo, en el que Estados Unidos tenía claro lo que era suyo y sólo tenía que limitarse a mirar de reojo a Moscú. Pues a lo mejor sí, pues a que han entrado, como les digo, los chinos y los chinos lo quieren ser una comparsa.
Pero bueno, conferencia de seguridad de Múnich. Eso ha cambiado mucho alguno de los sentimientos europeos y urgentemente ha puesto a los líderes europeos a trazar un rearme para que el continente de la Unión Europea tenga algo que decir, por ejemplo, en el final de la guerra de Ucrania.
Esa guerra de Ucrania que va a acabar, Donald Trump diciéndole a Putin, tú quédate lo que has ocupado y yo me quedo las tierras raras, es decir, esos elementos para las baterías y de lo que Ucrania es un fortín. Y el resto, yo se lo cobro a Ucrania como pago por todo lo que le he dado para la guerra, para defenderse ante el gigante Putin. Y ese es el acuerdo. Y ahí no pintará a la Unión Europea. Y ahí surge el inicio del debate o del problema del que les estoy hablando. Que ya les digo es para hablarlo con tranquilidad, hoy lo haremos así en la tertulia.
Aquí en España, esta semana el caso cuando va a volver por sus fueros, para disgusto del gobierno el 21 de febrero, primer aniversario del estallido ante la reunión pública de la trama de corrupción que afecta directamente al corazón del PSOE. Hoy El Debate publica que el exministro Ábalos es propietario de un chalet de una casa en Perú, o al menos está escriturada a su nombre, cuando él había dicho que no tenía ningún tipo de propiedad en Hispanoamérica. Luego, si quieren ustedes, le cuento algo de esto.