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Y de paso, hacer historia. Porque el palmarés de Carolina Marín va camino de escribirse en los libros de texto. Acaba de conseguir su cuarto oro europeo y asegura en Herrera en COPE, que va a por el oro.
Pero para ello va a tener que perderse El Rocío. Por más que Carlos Herrera le insiste, tiene que preparar el Mundial. “Hace muchos años que no me pongo un traje de gitana”. No es para menos. Lleva 11 años lejos de su Huelva natal, donde acaba de llevarse su última medalla. “No tiene nada que ver ganar en casa. Ha sido un sueño cumplido”.
Y es que Carolina Marín, funciona así: de sueño en sueño. “Soy una jugadora muy física y aún me quedan como mínimo ocho años para seguir conquistando”. Y su conquista se consigue con izquierdazos de raqueta a más de 300 km por hora. Le dedica 7 horas diarias, más una hora semanal de psicólogo y otra de fisio. “Todo el entrenamiento es a base de jugar al badminton”. Ni más, ni menos. Un deporte rápido, donde su elasticidad es un plus, y “el remate, mi mejor golpeo”.
Dice Marín que “seguramente los fabricantes de raquetas hayan vendido más desde que yo gano títulos”. Y seguramente desde que dio el paso, miles de personas sigan a rajatabla su lema: “Puedo, porque pienso que puedo”.