Cerecito, el Seat 600 de una oyente que ilusionó a muchas familias españolas hasta la década de los 70

Empiezan las vacaciones con sol y ganas de disfrutar del tiempo perdido, pero con mucha prudencia porque el nuevo coronavirus sigue estando entre nosotros. Por eso, este miércoles en 'Herrera en COPE' le hemos preguntado a los 'fósforos' por los "caprichitos" que se han dado a lo largo de los años.

Aunque casi todos los oyentes han hablado de viajes al extranjero y del intercambio cultural, entre todas las llamadas ha destacado la de Maite, que se ha comprado un Seat 600, provocando la envidia del mismísimo Goyo González.

Según ha dicho, le ha costado mil euros, aunque estaba en "dique seco" y ha invertido en ponerlo a punto un poco más. 'Cerecito", que así lo ha bautizado porque es del color de las cerezas, cuenta con todos los detalles. No en vano, la 'fósfora' le ha hecho una funda de ganchillo y le ha puesto un perro que mueve la cabeza.

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"Causa sensación", ha dicho Maite. De hecho, hace pocos días en un semáforo un conductor bajó la ventanilla y le dijo que lo había transportado a sus años mozos.

Y es que, el Seat 600 nació en 1957, concretamente en la factoría que la marca española tenía en la Zona Franca de Barcelona, y su producción finalizó en 1973. Durante este tiempo se fabricaron casi 800.000 “pelotillas”, esta última una de las denominaciones tan ingeniosas con las que fue conocido este popular modelo. Las primeras versiones tenían un motor de gasolina con una potencia de 21 CV y su velocidad máxima era de 95 km/h.

Sobre la base del 600 Normal, Seat llegó a producir tres carrocerías más entre las que no falto una descapotable, otra de cuatro puertas y hasta una versión destinada a un uso comercial.

Con unas características muy sencillas, pero muy robustas, el 600 ilusionó a muchas familias medias que pagaron en aquella época 63.000 pesetas por hacerse con una de esas ansiadas y demandadas unidades que tardaban meses en ser entregadas a sus propietarios.