El colegio de la España vaciada que se salva 'in extremis' de cerrar gracias a una matrícula de última hora

La felicidad es caprichosa y, en algunas ocasiones, parece imposible de alcanzar, pero, cuando menos te lo esperas, te sorprende y entonces, en un instante, lo cambia todo. Vamos a empezar por el principio. Hace unos días en 'Mediodía COPE' se contaba la historia de un colegio en Solobeira que iba a tener que cerrar si no conseguían que un alumno más se matriculase para lograr el número mínimo de alumnos necesarios para poder seguir abiertos.

Un mensaje desesperado que lanzaba ese colegio gallego para encontrar un alumno y evitar su cierre, tras más de 50 años dando servicio al pueblo. Y es que las normas de la Xunta de Galicia exigen que haya al menos seis estudiantes matriculados para mantener abierta una escuela y la de Solobeira el próximo curso solo tenía cinco. Y digo tenía, porque finalmente han conseguido el número mínimo de alumnos.

Salvados por la campana

Justo el día en el que se acababa el plazo de reserva de plazas, que era ayer 20 de marzo, esta escuela de Vilagarcía de Arousa lograba 'in extremis' ese alumno, en realidad, es una alumna: se trata de una niña de tres años, cuya familia se va a mudar a Solobeira para que su hija empiece allí la escolarización. Una pequeña que devuelve la esperanza a este cole, pero también a todo el pueblo porque quedarse sin colegio es empezar a quedarse sin vida.

La escuela en la España Vaciada

En España cada año unos 400 mil niños van al cole por primera vez, según datos del Ministerio de Educación. Pero en Galicia las aulas están cada vez más vacías: es la segunda comunidad que más alumnos pierde. La despoblación de la llamada España vaciada tiene mucho que ver: sin oportunidades de trabajo los pueblos pequeños se quedan sin gente joven y sin niños, claro. Pero en Solobeira esa felicidad caprichosa de la que te hablaba llegó en el último momento: una niña de tres años ha salvado el colegio.

La directora del colegio, Cristina Pazos, cuenta en 'Herrera en COPE' que están "muy ilusionados y contentos". "Fue una sorpresa a medias, porque, en principio, los padres llamaron para interesarse y, hasta el lunes, no se formalizó la reserva", añade. "Fue a través de los medios de comunicación como dimos a conocer el centro y como vinieron aquí para informarse", explica la directora.

El centro es, tal y como los describe la directora, "un colegio de una unidad. Se escolarizan a niños de 3 a 5 y 6 años, hasta que terminan el segundo ciclo de educación infantil y pasan a primaria". "Actualmente, contamos con 7 niños, de los cuales 2 se marchan para primaria, y para el próximo curso serían 6 niños", añade.

Un colegio que vuelve a abrir sus puertas

Y de un colegio que se salva por los pelos a otro que ha reabierto tras más de una década cerrado a cal y canto. El alborozo de los niños jugando, sus risas y sus peleas han vuelto a llenar de vida el patio del colegio de El Piñero, un pequeño pueblo de 200 habitantes, en la provincia de Zamora. Este curso vivieron el milagro de reabrir la escuela infantil que había cerrado hace 11 años. Se trata de un aula unitaria que tiene 6 alumnos con edades que van desde los tres a los siete años. Cuando el primer día llegaron al cole en la pizarra pudieron leer, los que sabían, la frase "bienvenido al cole". Este mensaje lo había escrito su profesora, Alba García-Moreno que, por cierto, se estrenaba como maestra rural.

"Tengo seis alumnos en el aula, tres de 3 años y tres de primaria. Al final es una escuela pequeña, todos se conocen, son familia prácticamente entre ellos, por lo que la escuela es una familia más", comenta Alba García-Moreno. La ventaja de que la escuela sea pequeña hace que a pesar de haber varios niveles de educación, les "permite tener una educación y una enseñanza superindividualizada y atender a las necesidades reales que tiene cada niño. Además, lo que le explico al alumno de segundo le puede servirle de ampliación al de primero y lo que loe explico al de primero le sirve de refuerzo al de segundo", añade.