Darío Villanueva: “Me muerdo la lengua por cortesía y compasión, pero nunca por imposición”
Sobre la correción política y la postverdad
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Morderse la lengua, según el diccionario académico, significa “contenerse en hablar, callando con alguna violencia lo que quisiera decir”. El exdirector de la RAE y catedrático de Literatura, Darío Villanueva, no tiene necesidad de morderse la lengua si puede escribir todo lo que sabe y piensa. Por eso su último libro es sutilmente deslenguado, literario y que juega lingüísticamente con quien quiera apuntarse al juego.
Pero ¿se muerde la lengua Villanueva? “Me muerdo la lengua por cortesía y compasión pero nunca por imposición de la corrección política y entiendo que esa forma de violencia a la que alude la definición académica. Y es que las palabras tienen ahora más carga ideológica y además “están perdiendo sustancia, no remiten a nada sólido y no remiten a nada”. Por ejemplo la palabra Constitución no tiene unas consecuencias reales. ¿Tiene solución? Dice el académico que lo primero es oponerse a ella, y reconoce que a veces hay quien tiene un gen censorial, porque a pesar de desaparecer la censura, “surge otra forma que es más difícil de combatir, porque es como una censura gaseosa, que ataca de manera implacable”.
Si alguien tiene que imponer lo que se puede o no se puede decir, tiene que primar el criterio individual “somos entes razonables, educados y civilizados y ahí entra el autocontrol”.
Ofendidos con el lenguaje hay muchos y “mi libro lo que pretende describir que hay un síntoma de época, la corrección política y la posverdad”. Esta sociedad posmoderna “es el caldo de cultivo para estos fenómenos”. Hay tres ejemplos que apunta Villanueva acerca de esta última, la posverdad: el caso de Donald Trump, el Brexit, y el procés: “la postverdad es la mentira postmoderna, y en el caso catalán, cuando uno se encuentra con una propaganda cultural como que Leonardo Da Vinci era miembro de la familia real catalana, o que el Descubrimiento de América empezó en Cataluña y eran catalanes”, pues ya tenemos servida la mentira maquillada.
Dice Darío Villanueva que esto, no es nuevo, pero “los matices están condicionados por las redes sociales y nuevos medios de comunicación en la sociedad digital”. Y lamenta que un político que diga la verdad, lo tenga difícil. Porque si una idea está clara en este ensayo, es que la documentación demuestra que hay muchos ejemplos de que esto, está pasando, y puede seguir pasando en el futuro. Como si una distopía, hubiera traspasado las novelas, y se estén cumpliendo.