Enrique Criado: “Hay un nacionalismo en Bulgaria que rechaza a los turcos mientras se come un kebab”

Diplomático en la República Democrática del Congo, Australia y ahora Bulgaria

00:00

Enrique Criado, un diplomático en Bulgaria

Bárbara Archilla

Publicado el - Actualizado

1 min lectura

Si llega usted a Bulgaria, y va haciendo preguntas de sí y no... se dará cuenta, quizá en la tercera respuesta, de que contestan al contrario. Dicen que sí agitando enérgicamente la cabeza a izquierda y derecha y niegan moviendo el mentón arriba y abajo.

Puede que eso les confunda. Es uno de los choques que vivió el diplomático Enrique Criado en este país, confluencia de los imperios otomano, ruso y austrohúngaro. Sobre sus experiencias, anécdotas y sensaciones vividas en Bulgaria desde el 2015, ha escrito “El paraguas balcánico”. Un viaje por un país que incluso se santigua al revés.

El idioma es muy difícil, dice Criado. “Hay una influencia turca y se parece al ruso”. Además los búlgaros se enorgullecen con el gesto del si y el no. “Paseas por calles, escuchas música como la nuestra e inicialmente no choca, pero cuando llegas a una fase ya empiezas a notar las diferencias”. Además, Criado añade: “ellos son europeos pero entienden los códigos orientales”. Y además entre la mezcolanza, tienen una relación de amor-odio allá donde residen.

La expresión “yugo otomano” se escucha mucho. “Hay todavía un nacionalismo en Bulgaria muy potente, incluso ignorando elementos como un kebab o fumar shisha”. Incluso no pueden estar en contra de Rusia aunque se inclinen más por el modelo económico de Bruselas. “Hay una amistad verdadera entre pueblos aunque no haya sintonía política”.

De la Antigua Yugoslavia, observa algo de nostalgia, y de idealismo de la guerra. “Son víctimas de sus propios fantasmas”. Han sido 3 años de viajes como diplomático, en los que Enrique Criado enseña que “los búlgaros en España, curran, viven aquí, y nadie les conoce”. 

Programas

LOS ÚLTIMOS AUDIOS

Último boletín

05:00H | 04 ENE 2025 | BOLETÍN