España depositará más de 1.000 semillas en el ‘arca de Noé’ del mundo vegetal

Luis Guasch es una de esas personas que están haciendo cosas importantes para el mundo. Del resultado de su trabajo, y el de otros como él, va a depender la futura alimentación de nuestros hijos y nietos. Luis es uno de los encargados de seleccionar, conservar y salvaguardar semillas vegetales de todo tipo (cereales, judías, maíz, tomate…) que serán la base de la alimentación del mundo cuando ninguno de nosotros esté ya aquí.

Cary Fowler es el fundador de la Bóveda Global de Svalbard, en Noruega. Una infraestructura ubicada en el Ártico, conocida como el “arca de Noé”, en cuyas entrañas heladas se guarda la mayor colección de semillas del mundo, para salvaguardar la base de la alimentación mundial en el futuro.

Este banco de semillas abrió sus puertas en 2008 y atesora en su interior más de un millón de muestras, procedentes de unos 90 depositarios, entre países y centros internacionales de conservación. Se guardan para hacer frente, en caso de necesidad, a los desafíos planteados por el cambio climático y otras posibles amenazas globales que se nos pongan delante.

España ya tiene todo listo para hacer su primera contribución. 1.111 bolsas de aluminio que custodian más de un millar de variedades de semillas que representan lo fundamental del patrimonio vegetal español. 1.080 variedades que ya están listas para incorporarse, por primera vez, al “arca de Noé” de Svalbard, en Noruega.

La Bóveda se abre tres o cuatro veces al año y está previsto que el envío español llegue allí para la apertura que se realizará la primera semana de junio.

Todos los detalles de esta operación tan singular y de cómo hemos llegado hasta aquí, quien mejor los conoce es el investigador y director del Centro de Recursos Filogenéticos del INIA, Luis Guasch que asegura que estas más de 1.000 semillas que vamos a enviar a esta Bóveda son solo una pequeña representación de “lo que conservamos en nuestro centro de Alcalá de Henares donde hay cerca de 45.000 variedades diferentes”.

Como bien indicia Luis, “estas variedades de semillas nos pueden servir a nosotros, a nuestros hijos o nietos de todo el mundo para una futura alimentación”.

Una vez se ha decidido el envío de las semillas, explica Luis que “tienen que estar perfectamente caracterizadas para saber qué son y así las empresas puedan hacer mejoras para sus actividades y también los agricultores”.

Cuenta Luis que esas semillas se mandan empaquetadas como los sobres de café que compramos habitualmente “porque las mantienen libres de humedad y protegidas del exterior”.