Gerard Jofra: “Más de moda no puede estar Eugenio”
Prepara un documental, cuando ya tiene libro y espectáculo sobre su padre.
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Antes de ser uno de los catalanes más queridos de España, era un artesano joyero, que un día de 1966, entró a comprar tabaco en un bar de la calle Marina de Barcelona, y allí se enamoró de una chica andaluza que cantaba, llamada Conchita. Con ella formó un duo musical. Els Dos. Pero un día tuvo que ausentarse ella por una emergencia familiar, y él, solo en el escenario, se puso a contar chistes.
De ahí pasaría a estrella de un humor muy personal. De una a 150 galas al año. De cinco mil pesetas a quinientas mil. De hacer gracia incluso en los silencios. Y su hijo, Gerad Jofra, le rinde homenaje en su libro “Eugenio”, manifestando que “más de moda no puede estar Eugenio”.
El libro desvela el cariño de un hijo pero también el sufrimiento. “Era un hombre que estaba obligado a hacer demasiadas cosas”, y eso hace que, pocas horas antes de su muerte, tuviera una conversación con Gerard justo el día en que nacía su hija. “Me dijo que ya no quería formar parte de este escenario”. Y es que desde que muriera Conchita, Eugenio no volvería a ser el mismo, ni tampoco Gerard: “Con la muerte de mi madre me enfadé con la vida y entonces solo me quedaba él. Me enganché a él”.
Ese enganche incluye llamadas a las tres de la mañana para ir a comprar un paquete de tabaco, preparar una bañera con agua templada, un pañuelo, o simple soledad. “Era muy meticuloso con los chistes. Hacía varias versiones e iba adaptando la palabra al chiste que a él le gustaría oír”.
El humor de Eugenio creaba expectativa, “un tío que llegaba y se reían hasta de sus silencios”. ¿Saben de aquel que reía sin reír? Ese era el que se tomaba esta vida de risa, muy en serio.
Eugenio. Un Genio.