“Rajoy se siente maltratado por España, por el electorado y por su propia gente”
David Gistau analiza la salida del expresidente, el 'procés' y el oficio de comentarista político
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Entrevistamos a David Gistau, guionista de televisión, reportero de viajes, columnista y novelista. No obstante, él tiene claro que “periodista” es el oficio que mejor le define. Lleva años trabajando con Carlos Herrera, con quien tiene una especial complicidad. Sin embargo, colaborar en ‘Herrera en COPE’ le supone un esfuerzo, ya que “el horario es infame”, según confiesa. Sobre el comunicador, su virtud es la versatilidad: “En veinte minutos hablamos de política, de gastronomía y hacemos chistes”.
El 2018 ha estado marcado por el cambio de gobierno con la primera moción de censura que ha prosperado desde la transición. “Estamos viviendo una España muy interesante para hacer periodismo”, asegura. Preguntado sobre si Mariano Rajoy dejó la política por la puerta de atrás, el colaborador de ‘Herrera en COPE’ es tajante: “evidentemente”. Y matiza, “le ocurrió incluso dentro de su propio partido”. “Fue una expulsión muy violenta”, que vino precedida de un “castigo terrible” de su electorado con una pérdida de votos.
Para Gistau, el congreso ‘popular’ donde se eligió a su sucesor, que acabó con la victoria de Pablo Casado, se convirtió en “la extirpación del ‘marianismo’ del PP”. “Rajoy es un tipo discreto y probablemente nunca lo dirá, pero se siente maltratado por España, por el electorado y por su propia gente”.
El expresidente José María Aznar atribuyó indirectamente a Rajoy la responsabilidad de la división del centro-derecha en tres: PP, Ciudadanos y Vox. Gistau parece que no considera que el registrador de la propiedad haya sido el único ‘culpable’ de ello: “creo que puede haber descuidado algunos aspectos ideológicos del PP; una parte del partido se quedó un poco huérfana”. Algunos analistas interpretaron la elección de Casado como líder de los ‘populares’ como un giro a la derecha. No obstante, Gistau asevera que “el auge de Vox determina que ese ‘supuesto’ giro a la derecha del PP no sería suficiente”.
Hablando sobre su profesión como comentarista político, el colaborador de ‘Herrera en COPE’ afirma jocosamente: “La diferencia entre el que opina desde la barra del bar y el analista es que nosotros estamos sobrios y cobramos”. Y, más serio, prosigue: “Nosotros tenemos fuentes, gente con la que hablar y procesos de búsqueda de información”.
Interrogado sobre su cóctel favorito y sobre a quién invitaría a tomarse uno entre el 'expresident' Carles Puigdemont y la vidente Aramís Fuster, bromea asegurando que “necesitaría dos ‘Negroni’, porque habría que emborracharse para soportar cualquiera de esas dos citas”. Prosigue: “Creo que hay que entrevistar a todo el mundo, otra cosa es la entrevista que se haga, que sea honesta, que no sea complaciente”. “A mí, sentarme en una mesa -no con un Negroni, sino con una grabadora- con Puigdemont, me gustaría, como me habría gustado hacerlo con cualquier personaje detestable de la historia del siglo XX que tuviera interés periodístico”, confiesa.
Lo que pasó en Cataluña el 1 de octubre de 2017 fue para David Gistau “un golpe de estado sin utilización de armas”. Y añade que piensa que el diagnóstico que se ha hecho a posteriori “ha sido demasiado benigno”. “De lo poco bueno que ha pasado tras la fase ‘golpista’ en Cataluña es que la izquierda ha comprendido que estaba equivocada al prestar credenciales progresistas a un movimiento regresivo, decimonónico y supremacista que por fin se ha desvelado como tal”.
Y concluye: “la única persona que el año pasado se prestigió con su actuación fue el Rey, dentro de una clase política tan fallida como la que tenemos”.