Hanna Serroukh: "No es una cuestión menor que el salafismo se haya asentado en Cataluña"

La Coordinadora de Estudios islámicos del GEES asegura que mientras los Cuerpos de Seguridad trabajan a un nivel excelente, las administraciones locales, agentes sociales, no son conscientes del peligro.

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Hanna Serroukh: "El buenismo nos impide tener una visión clara del terrorismo global"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hanna Serroukh, coordinadora de Estudios Islámicos del GEES, tiene una historia particular. Su vida cambió durante su adolescencia cuando murió su padre y su madre volvió a casarse. La nueva pareja de su madre, uno de los primeros salafistas que llegaron a España para imponer su doctrina y comenzó a escuchar en casa lo de "el orden social islámico". Tuvo que huir de su casa. Ahora asesora a diferentes fuerzas policiales sobre el riesgo de diferentes amenazas terroristas.

Hanna recuerda que se tuvo que marchar de su casa  porque "como a muchas mujeres tuve que tomar la decisión de que tenía que luchar por mi libertad y poder ser yo".

Eran las normas del marido de su madre que fue quien levantó los cimientos de la mezquita de Figueras, una de las más radicales y hervidero de islamistas en Cataluña, "antes de que llegara él, el colectivo ni se planteaba tener una mezquita, había una convivencia muy normal, relaciones muy fluídas y al llegar él impuso un orden,  quiso un concepto de una moralidad y el objetivo principal era tener un espacio de culto, de ahí el no mezclarse con los autóctonos... El resumen de mi infancia y adolescencia es lo que ha pasado en el resto del estado. Hay una gran diferencia entre la inmigración de los años 70, 80 y principios de los 90 y a raíz de los conflictos en Egipto, Argelia, la corriente salafista se ha ido expandiendo por Europa para huir de la justicia y luego vieron la oportunidad de explotar el colectivo de inmigrantes árabes que era un colectivo débil y se le podía explotar para cimentar sus posiciones y utilizarlos en contra la sociedad occidental" destaca Hanna Serroukh.

Los atentados terroristas nos han hecho tomar conciencia del orden social islámico, sabemos que los flujos migratorios son un elemento de fuerza, pero, ¿se puede decir que son cuatro fanáticos? "Mire, por un lado tenemos cuatro fanáticos violentos que justifican la agresión, pero detrás hay toda una ideología, un concepto de modelo de sociedad que se quiere imponer, que apela a un ideal de un estado islámico y regirse por las leyes islámicas y que ve que a través del colectivo inmigrante de origen árabe la posibilidad de expandirse y tener presencia en espacios que de otra forma les sería complicado. Desde el grupo GEES España abordamos que este terrorismo global tiene distintos puntos de abordaje, por un lado, el criminal y por otro lado, y aquí es donde hay que hacer un frente común, es el abordaje desde la visión social, el extremismo lo  tenemos en cuenta cuando hay un atentado, pero todo el proceso anterior, el aprovechar las fisuras sociales, el manipular la comunidad, eso no se está abordando de manera rigurosa y ese es el principal problema que tenemos. Desde la acción criminal se está frenando y se está actuando de una manera extraordinaria en España y creo que el resto de Europa está aprendiendo mucho de nuestros Cuerpos de Seguridad, pero por otro lado hace falta tomar conciencia desde la visión social, política de entender a qué nos estamos enfrentado" insiste Hanna.

¿Hay ciudades con barrios completos controlados por el islamismo radical? "En Cataluña no es una cuestión menor el que se haya asentado el salafismo, el que haya barrios en los que la dinámica social ha cambiado porque el salafismo apela a vivir en el siglo VIII, algo incompatible con nuestra democracia, con nuestro modelo social y no se está actuando. El buenismo, la falta de tener clara la dimensión total del extremismo y del terrorismo global hace que esta parte nos esté fallando y que hayamos normalizado realidades que no son normales. No es posible que tengamos jóvenes que cuando salen de su casa tengan que vigilar cómo se visten, con quien hablan porque les están vigilando" denuncia Hanna Serrouhk, "hay que tener muy claro de lo que estamos hablando, no es ser racista o xenófobo, una cosa es el orden islámico que se quiera imponer y que se extiende por Europa de forma virulenta y otra cosa es la fe musulmana".

Las Fuerzas de Seguridad trabajan a un nivel de amenaza 4, ¿es suficiente? "Se trabaja al nivel 4 y desde una calidad de trabajo excelente, pero desde GEES nos preguntamos, ¿quién más trabaja desde esa perspectiva, las administraciones públicas, los ayuntamientos, los agentes sociales incluyen este elemento, el extremismo que se está expandiendo, tienen la percepción de que las dinámicas de convivencia están cambiando?" contesta Hanna que asegura que sus orígenes marroquíes no le plantean ningún problema en sus relaciones sociales, "no son ningún problema, tengo una visión más amplia como muchos otros españoles y soy un elemento de fuerza de nuestro país, ahora bien, esto no debe ser secuestrado por manipuladores, extorsionadores, ideólogos con fines que atentan contra nuestra libertad y nuestro modelo social que nos permite tener la calidad de vida que estamos teniendo todos".

¿Es compatible el amor con el islamismo? "Con el islám por supuesto, con el islamismo lo veo complicado ya que los islamistas obedecen a la comunidad no valoran ni la libertad ni la dignidad individual".

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