¿Hay una brecha generacional? El lenguaje centennial o cómo los jóvenes han cambiado la forma de comunicarse
Los nativos digitales utilizan un vocabulario que resulta desconocido para los más mayores
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Los jóvenes y adolescentes han cambiado su manera de hablar, una forma de comunicación con cambios sustanciales que pueden derivar en que sea difícil entenderles. Es curioso porque además de utilizar un léxico que es medio inventado, lo más llamativo es que en muchos momentos no pronuncian bien.
Hablamos de nativos digitales, en su mayoría, aquellos que han nacido en torno al año 2000, y usan un vocabulario repleto de anglicismos y abreviaturas o spanglish.
"Hasta los años 60, la juventud fue simplemente considerada una etapa transitoria, poco a poco va adquiriendo entidad propia hasta convertirse en un estado en el que instalarse vitalmente. Es cuando empiezan a surgir este tipo de expresiones", explica la profesora de Lengua Española en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Jorge Manuela Catalá Pérez.
Lo que buscan los jóvenes con estas conductas es la diferenciación: "Diferenciación social, adscripción al grupo. Los jóvenes actuales son hijos de su tiempo, y este ofrece dinamismo, un entorno virtual donde todos se contagian, pero luego se pasa cuando la persona evoluciona".
Y es que vivimos en el entorno de lo inmediato, en el que todo tiene que ser aquí, ahora y ya mismo, los jóvenes se expresan de tal manera que les permita acortar tiempos, por ejemplo, usando una sola palabra para englobar un sentir.
Sin embargo, hay dos aspectos que preocupan a los expertos en el lenguaje. Una de ellas es que los jóvenes no hayan usado ni vayan a hacer del uso del usted, ni hablado, ni escrito, ahí habría una brecha de educación.
Por otro lado, es notable el deterioro del lenguaje cuando se usan repetidamente muletillas vacías de significado, como por ejemplo la palabra 'en plan', que no aporta nada al relato, pero se usa para acompañar cualquier frase.
Convivencia entre centennials y adultos
Esta situación se refleja en las casas familiares donde conviven los padres con hijos centennials que hablan con esa jerga. La gran pregunta en esta situación es si hay una brecha de comunicación entre generaciones.
Álvaro es un padre de familia con dos hijos, el mayor, Edu, de 16 años, y Ariadna, de 13 años: "O te adaptas o mueres, no queda otra. Me he querido aprender las mínimas e imprescindibles, hay cosas que escucho que no...".
"A veces creo que mis hijos han nacido en otro país porque no me entero de nada", asegura entre risas.