Un hombre ebrio se queda dormido en el baño de un bar de León y llama a la Guardia Civil para que lo saque
Cuando despertó, se sirvió una caña y le pidió que lo llevaran a casa. El dueño ha dicho en COPE que cerró sin saber que estaba, por lo que tuvo que volver
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un hombre se despertó el pasado domingo en el baño de un bar de León tras quedarse dormido al haber bebido más de la cuenta. Como el establecimiento había cerrado con él dentro, llamó a la Guardia Civil para pedir ayuda.
"Estoy aquí en un bar de la Virgen del Camino y me he quedado encerrado. Lo han cerrado hace un buen rato y me he quedado en el baño", le contó a los agentes municipales.
Este martes en 'Herrera en COPE' ha sido entrevistado el dueño del establecimiento, José Froilán Posada, que ha explicado que se asustó un poco porque le saltó la alarma. "A los segundos me llamó la Policía Local, me dijo que tenía un hombre dentro. Miré bien las cámaras en el móvil y vi a un cliente que conocía", ha explicado.
"Estaría abierto hasta las 12 (de la noche), pero yo fui al baño y me quedé dormido de la borrachera y aquí estoy", le confesó el cliente a los agentes.
El dueño del bar lo ha corregido en antena, pues según ha dicho, "fue a las cuatro de la mañana cuando se quedó dormido. Él estaba en el baño, dejó el paquete, estaba jiñando, se sentó y se quedó dormido", ha explicado.
"¿Del baño habrás podido salir, no?". "¡Hombre, claro, yo me estoy tomando una caña ahora, dentro de la barra", le dijo el cliente a los agentes.
José Froilán ha explicado que tuvo que ir él al bar a sacarlo. El colofón lo puso el propio cliente, pues cuando los agentes le aconsejaron que no cogiera el coche para volver a casa, les pidió que lo llevaran ellos.
La noticia se ha propagado por diferentes medios, entre ellos León Noticias, pues según ha explicado el dueño del bar, fue el cliente quien lo contó en un grupo de conocidos que a la postre se encargó de difundirlo.
A buen seguro, el dueño del bar revisará más concienzudamente los baños antes de bajar la persiana, aunque ha vivido la anécdota sin perder la sonrisa.