Matilde Asensi: “Los momentos eurekas siempre vienen leyendo libros”

La vida está para soñarla, y eso Matilde Asensi lo ha llevado hasta las últimas consecuencias. Trabajó como periodista, después sacó una oposición en un Hospital y acudía a trabajar con cierta rutina cada día. Solo salía de esa rutina, cuando escribía historias de aventuras, a escondidas de todos sus conocidos.

Un día envió una de esas historias a una editorial. El resultado fue un millón de ejemplares en todo el mundo. Matilde ya nunca más escribiría a escondidas. A lo mejor, si se esconde de vez en cuando, es porque sus lectores le reclaman que vuelva a escribir otra historia apasionante. Pues bien, ya la tienen: Se titula “Sakura”.

“Los momentos eurekas siempre vienen leyendo libros”, lo dice porque leyendo “El Subastador” descubrió la historia del dueño del retrato del Dr Gatchet, que supuestamente se abría incinerado con él, pero Asensi en su libro “doy la posibilidad de que el Van Gogh esté a salvo”. Porque la gente está convencida de que ya no existe, y por eso, la literatura le da la oportunidad de buscarlo, y de revivirlo, y oye “si aparece algún día, hacemos una fiesta”.

Cuando era adolescente, llevaba imágenes de los cuadros de este artista de fondo de pantalla, o en las carpetas. Porque su afición por el pintor era mucha, casi tanto como su pudor por demostrar su talento: “escondía que escribía por vergüenza, prefería que lo leyesen extraños, y los mandaba a certámenes literarios y los ganaba. Eso me dio confianza”.

Ahora es esa autora a la que se le conocen best-seller, que ha dado el salto al mercado internacional, que vende millones de ediciones de sus libros, y que sigue volcada en las documentaciones de sus libros, antes de escribir porque “para escribir un libro necesitas un año y medio de estudio, cuadros, ideas, y luego ya te sientas, y escribes”. Y así, de leer y documentarse, llegó Sakura, no la devoren, que luego la digestión, se hace larga.