La sorprendente medida que ha tomado una comunidad de vecinos para ayudar a los más mayores: "Una maravilla"
'Herrera en COPE' habla con la comunidad de vecinos de Zaragoza que tiene este comedor comunitario
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Seguro que esto no te lo esperas. Hay una comunidad de propietarios en Zaragoza que tienen es su edificio que tienen su propio cocina y comedor comunitario. Puede parecer una locura, pero es real. Se trata de un edificio de 63 viviendas, que se encuentra en torno a la plaza de toros.
¿Tienen cocina en sus casas? La respuesta es sí. Pero, además de su cocina particular, el edificio cuenta con una cocina comunitaria en los bajos del inmueble. Puede parecer la escena de una serie extranjera. Pero, esto es una realidad en España, aunque lo de comer con tus vecinos ya son palabras mayores.
La razón de esto se debe a la época en que se construyó el edificio, en 1979. Fue pensado para ser un lugar de retiro, es decir, para personas mayores que compraban los inmuebles y así también podían ser atendidas al vivir todas en un mismo edificio. Con ese objetivo en mente, se construyó con todo tipo de servicios: capilla, cuarto de reuniones, una sala de televisión, cocina y comedor. 44 años después, esta finca se ha convertido en el hogar de personas de todas las edades, con la particularidad de que las zonas comunes, como el cuarto de reuniones o la cocina, están siendo utilizadas por la comunidad de vecinos.
El periodista, Álvaro Montaner, ha ido personalmente a este edificio tan particular y ha explicado en 'Herrera en COPE' que "es casi como un restaurante. Porque hay una pizarra donde están los turnos y los menús. En cada una de las mesas que están repartidas en un comedor hay capacidad para alrededor de 200 personas".
Junto a Álvaro se encuentran las cocineras de a comunidad, Milagros Juanes y su hija Jenny. Ellas se encargan de la organización de las comidas. “Lo organizamos nosotras, pero aceptamos siempre las sugerencias”, explica Milagros. En cuanto a cómo saber cuantos van a ser cada día, utilizan el sistema de las comandas. Milagros cuenta que “hoy tomamos nota de lo que quieren mañana”. Pero, si algún vecino se apunta a última hora, siempre da aviso dejando una nota en un buzón que tienen en la parte exterior del comedor. Al día dan un total de entre 15 y 20 comidas.
Sin embargo, algunos de estos vecinos bajan a este comedor a comer porque si no pasarían todo el día solos. “Hay muchos vecinos que viven solos y que son muy mayores (…) Es un placer acompañarlos. Les ayudamos también en muchas cosas ajenas a la comida”, explica Jenny. “Somos como una gran familia”, agrega.
Concha Pueyo es una de las vecinas de esta comunidad. Vive en el edificio desde diciembre en 1980. “Mi padre tenía 52 años cuando vino a vivir aquí con sus 5 hijos (…) Yo, cuando me casé, me fui. Pero, al quedarme viuda, he vuelto otra vez, porque esto es una maravilla”, explica Concha. “Pero, yo tengo en mi casa todo como si fuera un piso normal”, agrega. También comenta que el precio del menú “son 9 euros”. Pero, aparte, se da una cantidad de dinero que es una garantía. Esta cantidad varía de la cantidad de cubiertos que ha habido al mes.