El turismo carcelario tiene su público y es más del que te imaginas

Alcatraz, Karosta, Torre de Londres, Ushuaia o Pollsmoor son algunas de las prisiones que se pueden visitar

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El turismo carcelario tiene su público y es más del que te imaginas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Estos días tus amigos, compañeros o familiares vuelven de vacaciones como tú, a lo mejor, te cuentan sus vacaciones, dónde estuvieron, las 373 fotografías que hicieron… Pero no creo que ninguno de ellos te diga que ha estado de tour por las peores cárceles del planeta. Sin embargo, el turismo carcelario tiene su público y es más del que imaginamos.

La cárcel de Karosta, situada en la tercera ciudad más grande de Letonia, fue construida con la intención de ser un hospital pero nunca llegó a serlo y es tan llamativa, en primer lugar, porque se mantiene prácticamente igual que cuando encerraban entre sus paredes a soldados y oficiales. Se trata de una cárcel militar de la época soviética que funcionó hasta 1994 cuando fue abandonada. Durante la ocupación alemana del territorio letón, en la Segunda Guerra Mundial, fue utilizada con los mismos fines por los nazis, Hitler enviaba allí a sus desertores para que los fusilaran. 

Además, esta cárcel ofrece un ingrediente especial, un espectáculo en el que los visitantes pueden sentir en su propia carne lo que se vivía en ella. También existe otra posibilidad algo más dura: “La noche extrema”, que consiste en ser tratado como un preso de los años 80, firmando antes de entrar un documento para autorizar la violencia verbal y el ejercicio físico al que se le someterá por 17 euros.

En ‘Herrera en COPE’ hemos hablado con Marta Aguilera, creadora del blog de viajes ‘La Mochila de Mamá’, es una habitual de este turismo negro: “A la noche extrema no me quedé porque nos enteramos allí, sino a lo mejor me hubiera quedado por la experiencia. Espero no estar nunca jamás en una cárcel y era una buena oportunidad de ver lo que se siente. Esto te lo digo ahora con la distancia, a lo mejor allí si me hubieran dado la oportunidad hubiera dicho que no”.

“Está tal cual, no han hecho nada, muchas veces lo tienen tipo museo de cara al turista y esta tiene una parte de museo pero lo demás, las celdas, los baños, está todo tal cual. Da un poco de repelús, es muy oscura”, ha descrito Aguilera.

La experiencia de vivir la noche extrema se inventó porque el público lo demandaba: “Yo solamente hice la visita normal, pero hay otra visita, para quienes no se quieren quedar a pasar la noche, que dura unas dos horas. La hacen por la noche, pero no es tanto como dormir allí. Sí que lo sientes en tus propias carnes, así que entiendo que si hacen este tipo de cosas es porque tiene mucho público”.

Sin embargo, Karosta no es la única cárcel que se puede visitar: “El verano pasado estuve en Alcatraz, es una visita muy interesante. La audioguía que te dejan es muy auténtica, si te gusta que te cuenten historias es una visita estupenda”. 

“Estuve también en la de Ushuaia. Es más tipo museo pero es la cárcel del fin del mundo. No solamente estaban aislados porque estaban en la cárcel, sino que también estaban en unas condiciones climáticas extremas, lo que hay más allá de la cárcel es la Antártida”, ha contado Aguilera.

CÁRCELES QUE SE PUEDEN VISITAR

Alcatraz. Es una de las más famosas del mundo por toda la leyenda que hay detrás, sobre todo, porque a lo largo de su historia se registraron catorce intentos de huída y solo se realizó con éxito la de los presos Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin en junio de 1962. Un año más tarde se cerraría la prisión. Todo el misterio que guarda esta cárcel hace que millones de visitantes vayan cada año, consiguiendo así que cuelguen el cartel de aforo completo todos los días.

Pollsmoor (Ciudad del Cabo). En ella estuvo 18 años encerrado Nelson Mandela, Presidente de la República de Sudáfrica, Nelson Mandela. En 1999 se cerró, pero se convirtió en un museo que visitan unas cincuenta mil personas.

Museo de los Crímenes Genocidas (Camboya). Fue una cárcel de máxima seguridad de los años 70 durante el régimen de los jemeres rojos. Son millones de personas que visitan el museo al año.

Torre de Londres. En ella muchos prisioneros fueron ejecutados, algunos tan famosos como Tomás Moro o Ana Bolena.

En España: en Barcelona y en Huesca, también hay cárceles en las que poder disfrutar de este turismo negro u oscuro.

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