"Una avalancha de pacientes y heridos": un médico del 11-M recuerda cómo se vivió aquel día en los hospitales
Juan Andueza es el actual coordinador de Urgencias del Gregorio Marañón. El 11-M era médico en Urgencias y estuvo atendiendo a las víctimas de las explosiones en los trenes
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Han pasado 20 años de aquel fatídico 11 de marzo del año 2004. Varios trenes madrileños estallaron y más de 190 personas fallecieron. Más de 1.800 ciudadanos resultaron heridos y los servicios de emergencias tuvieron que trabajar a contrarreloj para evitar perder a más personas.
El doctor Juan Andueza, actual coordinador de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón fue uno de ellos. Por aquel entonces era médico adjunto y ese día estuvo atendiendo a las víctimas.
En 'Herrera en COPE' ha contado que es un "recuerdo muy vivido" y todavía lo considera un "momento impactante".
"Me incorporaba a trabajar. Y pasaba por Atocha e interrumpieron la radio, una cadena musical. Empezaron a dar noticias de que había habido un atentado gordísimo. En cuanto llegué al hospital y me incorporé dije: "Dios mío, Dios mío, lo que se nos viene encima"", ha recordado. Andueza ha apuntado que desde ahí "comenzó toda la movilización y organización del hospital para lo que esperábamos y lo que fue una avalancha de pacientes y heridos".
Ha explicado que al ocurrir por la mañana, el Hospital Gregorio Marañón "tiene una grandísima capacidad cuando tienen todos sus efectivos y eso pasó". Le llamó la atención, eso sí, la "gran solidaridad de los compañeros", gracias a los cuales pudieron reforzar el dispositivo y la reorganización de todas las plantas. Despejaron quirófanos para los pacientes que llegaron. "Fue la gran respuesta del personal y hasta de los pacientes, que nos pedían el alta voluntaria porque querían irse para dejar sitio a los heridos que iban llegando", ha recordado.
Los pacientes pedían irse para dejar espacio a las víctimas del atentado
Cuando acabó el día, ha contado, se derrumbó. "Te llega el derrumbe emocional. Es ese momento después, cuando ha pasado el momento impactante, inicial, y luego 20 años después ves la magnitud de aquella desgracia, te sientes orgulloso de lo bien que respondieron todos sus compañeros y de la solidaridad que hubo, de ese trabajo totalmente volcado. En ese momento nadie se escaqueaba, nos sobraba personal casi", ha admitido.
Acabó "exhausto" y no hacía más que preguntarse el "por qué ocurren estas cosas". No obstante, agradeció "que pudimos atender a la gente lo mejor posible". 20 años después quiere sacar cosas en positivo: "Cuando ocurren desgracias muy importantes, la gente responde muy bien". De hecho, ha recordado que había muchos pacientes que querían marcharse para atender a las víctimas del atentado.
"Eran los pacientes, que a algunos les tenías que decir: "No hombre, no. Usted no se puede ir, que tiene una angina de pecho, no se puede ir usted a su casa". Pues pacientes te decían eso, se querían ir para dejar hueco a los heridos que llegaban, entonces eso sí que te impacta mucho", ha concluido el facultativo.