Una noche para el rock sinfónico andaluz

Manuel Marvizón, ha organizado una delicia de concierto en el Fibes (Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla), para el 27 y 28 de febrero, víspera del día de Andalucía: 'Una noche de rock desesperada (Sinfonía del Rock Andaluz)'.

Va a ser histórico primero por lo que representa el rock andaluz, que sirvió para desmitificar tópicos, y segundo por los artistas que han conseguido reunir, y que consiguen perpetuar esta música. Además rinde un homenaje Pepe Roca, la voz de Alameda. Un proyecto muy ambicioso, con una música que no solo fascinará a los amantes de esa época dorada del rock andaluz, también a las nuevas generaciones.

Rock sinfónico andaluz, es la esencia del flamenco y las canciones populares dice Manuel Marvizón, que se ha propuesto llenar el escenario con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, dirigida por Fran Escobar, con unos arreglos realizados por Marvizón y por músicos de la talla de Joan Albert Amargós, Jesús Bola, Jorge Gómez, Raúl Llanes y por el propio Pepe Roca. Además al escenario también se subirán los músicos Álvaro Gandul al piano solista y director de la banda, Álvaro Girón a la guitarra eléctrica, Antonio Coronel a la batería, José Manuel Posada 'Popo' al bajo y Bernd Voss con guitarras acústica y eléctrica.

Los artistas que se suben al escenario son de lo mejor: Las voces de Pepe Roca, del grupo Alameda, de Medina Azahara, de Guadalquivir y de Manuel Imán, junto a los sones de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS), se fusionarán en el escenario de Fibes con las de artistas como Manuel Carrasco, Diana Navarro, Arcángel, Argentina, David de María, Manuel Lombo, Lorena Gómez, Joana Jiménez, María Espinosa y con el baile y el toque de Eva Yerbabuena y de Niño de Pura, en un concierto que tendrá lugar el 27 y 28 de febrero en Fibes en homenaje al rock andaluz en la figura de Pepe Roca. 

Será proablemente la última vez que veamos a Roca en el escenario pero sin duda, no dejará la música, es imposible porque ya se sabe que los viejos rockeros nunca mueren.