El amor inocente de los más pequeños, en tres canciones
Fidel Moreno nos habla esta semana del amor de las niñas y los niños como el amor más puro, inocente e intenso.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Fidel Moreno, autor del ensayo '¿Qué me estás cantando?', nos trae tres canciones donde se cita el amor entre niños y niñas como el más inocente y también el más intenso. La sexualidad de la infancia siempre ha sido un tabú y, sin embargo, hay muchas canciones en las que para hablar de un amor de verdad se recurre a los niños y a las niñas, suponemos que por la pureza de los sentimientos infantiles.
Vamos a empezar con un tema de de Los Brincos, la famosa 'Lola', la balada compuesta por el gran Fernando Arbex que abría el disco de Contrabando de 1968 y que fue una de las canciones del verano de 1967. Es la historia de una novia que está triste porque cree que su novio la ha engañado. De forma un poco paternalista él le dice que nunca le miente y que ella es la única Lola y entonces él la besa y a ella se le pasa el disgusto.
Otra canción que también sitúa en la infancia el arranque de los amores más puros. Es 'Piensa en mí', en la versión de Luz Casal, un bolero que grabó para que Almodóvar la utilizase en su película Tacones lejanos. Fue el trampolín internacional de Luz Casal, salir en la película de Almodóvar le abrió las puertas de Francia y de Europa. Yo cuando la escuché por primera vez me quedé fascinado con la belleza del tema. Es una canción que hoy podría sonar en alguna de sus estrofas políticamente incorrecta, pero que es un gran ejemplo de canción amorosa, donde el amor es para toda la vida, más allá de la muerte. Un amor que comienza en la infancia, como un juego de niños.
Por último, Fidel recurre a Radio Futura, con una canción que retrata muy bien ese momento inmediatamente anterior a entrar en la adolescencia, cuando los niños siguen siendo niños, pero las niñas, que se desarrollan antes, empiezan a buscar otros juegos. Se llama 'Corazón de tiza', y es la historia de un niño y una niña que juegan a perseguirse, a quererse y dejarse de querer. La canción está narrada por el niño, que siente mucha rabia de que la otra haya empezado a ser mayor. El niño no entiende bien lo que sucede, por qué la otra pasa unas veces de él y luego en cambio se dedica a escribir corazones de tiza declarándole su amor.