Canciones 'limoneras'
Fidel Moreno nos trae esta semana tres ejemplos de canciones con el limón como protagonista.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El limón es la fruta más nombrada en la canción popular en español. A través de tres ejemplos Fidel Moreno profundiza en los valores simbólicos que se le atribuyen al mentado cítrico tratando de entender el porqué de su protagonismo en nuestro cancionero.
La primera de las canciones, por orden de antigüedad, es A la lima y al limón, que fue la canción que más veces interpretó Concha Piquer, y la más escuchada por los españoles —según la Sociedad de Autores— en 1940. En ella retrata muy bien el miedo de las mujeres de posguerra a quedarse solteras: en aquella España toda mujer tenía que aspirar al matrimonio, como decía Carmen Martín Gaite, era inconcebible que una mujer pudiera tener “vocación de soltera”. Pero acababa de pasar la guerra y era un momento en el que muchos hombres jóvenes habían muerto en batalla y otros muchos se habían tenido que exiliar
El segundo de los temas es una canción de Julieta Venegas, Limón y sal, que dio título a su disco más famoso publicado en 2006. El limón que vino de Asia y fue introducido en occidente cuando los musulmanes nos conquistaron, llegó a América de la mano de los conquistadores españoles. Y hoy es imprescindible en México, de donde es Julieta Venegas, para hacer menos desagradable el sabor que deja el tequila. El tema de Julieta Venegas trata sobre la aceptación del ser amado, de aceptar al ser amado con todas sus imperfecciones y todas sus virtudes.
Por último, Fidel Moreno nos trae la canción del verano de 1968, Mi limón, limonero, una canción surrealista que celebra al limón, sin dejar nada claro por qué. Yo a veces he pensado que como en tantas canciones tropicales que hablan de frutas, el limón aquí tendría un doble sentido erótico, pero la verdad es que no está nada claro, es una canción surrealista que tiene su gracia en el sin sentido. El cantante venezolano Henry Stephen debió de componerla bajo los efectos de un buen canuto. Y esto lo digo porque el pobre Henry Stephen conoció la cárcel de Carabanchel. El éxito que había tenido en España hizo que se pasara unos años viviendo aquí y en 1970 fue uno de los detenidos por la brigada de estupefacientes.