Nanas para dormir y para soñar
Fidel Moreno, en su sección 'Qué me estás cantando?' nos trae una selección de canciones dedicadas a los más pequeños.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Fidel Moreno ha vuelto a ser padre, lo que le da la excusa perfecta para dedicar hoy su sección a las nanas. Escuchamos con atención tres canciones para dormir a un niño inquieto, poniéndolas de paso en relación a nuestro agitado momento y a nuestro inquieto país, al que quizás también le haga falta dormir y soñar un poco más.
La canción es la pista de aterrizaje que alfombra la llegada del bebé al mundo. La manera de captar la atención de un recién nacido es mediante la entonación, no basta con hablarle: para que te eche cuenta tienes que cantarle. Si la herramienta principal para sobrevivir en este mundo es la atención, es mediante las primeras nanas que oímos que empezamos nuestra adaptación a este mundo.
Las canciones nos acompañan de la cuna a la sepultura. Nos sirven para desarrollar nuestra atención y configuran nuestro cerebro, de ahí que tengan un poder enorme y un lugar especial en nuestra memoria. Las nanas que nos cantan es lo primero que memorizamos y lo último que olvidamos, si tenemos la mala suerte de tener Alzheimer. Por todo esto, Fidel nos trae tres ejemplos magníficos de nanas para poner a los recién nacidos.
La primera es una nana que muestra la desesperación que supone intentar dormir a un niño. Porque las nanas son canciones para niños y también para mayores, esta nana trata de tranquilizar a una niña para que se duerma, pero también consuela a la madre, que la pobre ya no sabe qué hacer para dormir a su hija. Vamos a escucharla en la interpretación canónica de Bola de Nieve, un cantante singular como pocos, que tuvo uno de sus primeros éxitos con esta canción titulada Duerme negrita y fue compuesta por Ernesto Grenet en 1942.
Después suena una nana flamenca de Carlos Lencero y Diego Carrasco que tiene una enseñanza fundamental en favor del respeto al otro y de respeto a la diversidad y complejidad del mundo. Es la Nana de los colores, de 1993, cantada al alimón por Diego Carrasco y Remedios Amaya, sobre la guitarra del gran Moraito Chico. Es una letra muy sencilla, pero muy esencial que pone el acento en los otros, en cómo los otros nos dan esperanza cuando estamos desesperanzados, en cómo los otros bordan las estrellas que debemos seguir.
Por último, escuchamos una nana en catalán, una de las grandes canciones de la transición española, del año 75, estoy hablando de Qualsevot nit pot sortir el sol, de Sisa que fue censurada durante el Franquismo pero que acabó convertida en un clásico a favor de la convivencia. Esta nana utópica, doméstica y cósmica, a su manera tan libertaria, es un espejo inverso de lo que ha llegado a ser nuestro país.