Mikel Garciandía, obispo de Palencia, asegura que los misioneros viven el Evangelio "sin glosa" y "al desnudo"

Garciandía ha compartido en 'La Linterna de la Iglesia' la experiencia que está viviendo con los misioneros palentinos en Perú y Bolivia: "El calor de esas comunidades es algo que conmueve"

Obispo de Palencia
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Redacción Religión

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Hace un año, la diócesis de Palencia recibía a su nuevo obispo, Mikel Garciandía, quien llegaba a una tierra marcada por una profunda tradición misionera. Palencia, que en su momento llegó a contar con un millar de misioneros, cuenta actualmente con 370 repartidos por todo el mundo. 

Consciente del valor y la entrega de estos hombres y mujeres, el obispo ha querido conocer de primera mano esta realidad, y para ello emprendió un viaje a Perú y Bolivia el pasado 10 de marzo, una experiencia pastoral y personal que se extenderá hasta el día 25.

Durante su estancia en Perú,  Garciandía ha compartido en ‘La Linterna de la Iglesia’  sus primeras impresiones sobre el continente: “Es mi estreno en América Latina y, con respeto, cariño e interés, he podido comprobar lo palpitante que es la vida de fe en estas jóvenes iglesias”.

La misión en Perú: "Viven el Evangelio sin glosa, al desnudo"

Durante su visita a Perú, el titular de la diócesis de Palencia ha tenido la oportunidad de encontrarse con varios misioneros que llevan décadas entregados a los más desfavorecidos. Uno de los testimonios que más le ha marcado es el del sacerdote Luis Fernando, que lleva nada menos que 61 años como misionero en tierras peruanas. Pero también ha querido acercarse a realidades actuales, como las que viven Domingo García Hospital en Paita, en la franja costera, y Ángel Benito en Iquitos, en plena Amazonía.

“Son sacerdotes que han ido a los lugares donde nadie quiere ir”, destaca el obispo. En el caso de Domingo García, su labor se centra en acompañar a comunidades que emigran desde el interior del país hacia la costa, asentándose en zonas con fuertes carencias sociales. Allí, no solo evangeliza, sino que trabaja por la dignidad de estas personas, fundando nuevos asentamientos y dando respuesta a sus necesidades más urgentes. 

Por su parte, Ángel Benito se enfrenta al desafío de una Amazonía donde las comunidades ribereñas viven en condiciones de extrema precariedad, sin acceso a sanidad y con escasas oportunidades de desarrollo.

Pese a las dificultades, a los misioneros nunca se les borra la sonrisa: "Viven el Evangelio sin glosa, al desnudo, con lo que les viene cada día, y al vivir en esa total precariedad Dios no se deja vencer en generosidad y el calor de esas comunidades es algo que conmueve". 

Frente a ello, asevera el obispo de Palencia, "tenemos la lucha en Europa de tener más perfil de un movimiento que de una institución, y aquí en Perú la comunidad es algo palpitante y los misioneros viven ahí”, ha puntualizado. 

Convencido de que Europa no puede resignarse a ser una Iglesia envejecida, el obispo de Palencia se marca como reto en su regreso a Palencia "transmitir lo que he vivido aquí a nuestros niños y jóvenes".

La Piedad popular en la juventud: clave en la evangelización 

La experiencia vivida en Perú también ha reforzado su convencimiento sobre el papel crucial que juega la religiosidad popular en el camino de la nueva evangelización. Como miembro de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la Conferencia Episcopal, Mikel Garciandía reconoce que ha habido momentos de cierta distancia por parte del clero hacia manifestaciones como las cofradías, peregrinaciones o santuarios. Sin embargo, asegura que estas expresiones populares están abriendo caminos inesperados, especialmente entre los jóvenes.

“La juventud actual busca pertenencia, arraigo, relevancia. Y muchas veces entran en la Iglesia por estas rutas, aunque vengan de familias frías religiosamente”, explica. Por eso, considera fundamental que la Iglesia acompañe estos procesos y los integre en proyectos pastorales sólidos.

En esta línea, Garciandía está implicado en un ambicioso proyecto europeo que busca fomentar rutas de peregrinación orientadas especialmente a los jóvenes. Un camino que comenzó cuando era sacerdote en Navarra, coordinando los rectores de santuarios dedicados a San Miguel en Europa, y que ha ido creciendo con el tiempo. El proyecto contempla etapas clave: Roma en 2025, Santiago de Compostela en 2027 y Jerusalén en 2033. El objetivo es concluir en 2035 con un gran manifiesto elaborado por jóvenes de todo el continente.

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