Álvaro Sáez: "Ser caritativos es cumplir con la misión que nos mandó Jesús hace dos mil años"

Qué la Iglesia está por todo el mundo no es novedad. Que ejerce una labor importante con los que más lo necesitan, tampoco. Sin embargo, esta semana hemos ido recibiendo, a la espera de conocer el informe a nivel nacional, las distintas memorias de actividades de Cáritas diocesanas.

No siendo algo nuevo, sí que es noticia, además interesante. ¿Por qué? Porque nos muestra y nos ejemplifica, precisamente, cómo la Iglesia es un agente fundamental en la sociedad. Un agente necesario. Para todas las personas, no solo para los creyentes. La Iglesia está con la gente, entiende a la gente. Es capaz de analizar y detectar sus problemas. Se da cuenta de que la pobreza se ha convertido en algo estructural en nuestro país. Sabe donde están los fallos y cómo es importante seguir poniendo al ser humano en el centro.

Ahora bien, y esto es importante recordarlo. La Iglesia es solo asistencialista. La Iglesia no es una ONG. Ya nos lleva mucho tiempo alertando Francisco sobre esto... La Iglesia está donde están todos. También con el que más lo necesita. Pero le propone un modo de vida, cambia el paradigma con el que se trata y se mira a los más desfavorecidos.Y por eso, en la solemnidad del Corpus del Domingo, celebramos también el día de la Caridad. Pero la caridad bien entendida...Una caridad que, sí, que sale al encuentro y anuncia el Evangelio.Que ayuda y levanta al pobre... pero que también le dice que Dios le ama.Que detecta injusticias. Actúa sobre ellas. Y le dice que Jesús murió injustamente por él.Que en mitad de cualquier miseria siempre ha esperanza. Siempre.Y que, como nos cuenta Eva San martín, la coordinadora de la campaña de caridad de Cáritas Española, siempre podemos recalcular la ruta.

Una ruta que nos debe guiar a Dios. Y la caridad es eso. La caridad no es compansión. La caridad no es una actitud solidaria con el sufrimiento ajeno. La caridad lleva necesariamente consigo el amor y la esperanza.

Es ser misionero, y nosotros como bautizados tenemos esa misión. Ser caritativos no debería ser un motivo para ponernos una medalla. Ser caritativos es cumplir con nuestra misión que nos mandó Jesús hace 2 mil años. Id al mundo entero y llevar la buena noticia