Clara Pardo: "De lo que más orgullosa me puedo sentir es de cómo somos los españoles"

Esta semana, Manos Unidas ha presentado su Memoria 2021, el ejercicio más difícil de su historia. Durante el año pasado, la ONG de desarrollo apoyó a más de millón y medio de personas en 51 países en su lucha contra la pobreza y en defensa de los derechos humanos de los más necesitados.

Lo hizo con sus más de 77.000 colaboradores y 6.000 voluntarios y con unos ingresos de 50 millones de euros para afrontar nuevos proyectos.

Un año muy difícil para todos, el de 2021, marcado por la pandemia. En especial para las personas más vulnerables. También para Manos Unidas que tuvo que redoblar esfuerzos para atender las necesidades que se fueron presentando.

Lo sabe bien su presidenta en funciones, Clara Pardo: "Yo creo que de lo que más orgullosa me puedo sentir es de cómo somos los españoles, cómo reaccionamos cuando hay necesidad. Somos capaces de mirar más allá de nuestras fronteras, incluso cuando las cosas aquí no están bien. Y Manos Unidas ha luchado unida para intentar canalizar esas ayudas".

La presidenta en funciones de Manos Unidas reconoce que la pandemia no ha cambiado ni un ápice las prioridades de la organización: "Lo que intentamos es luchar para conseguir que todo el mundo tenga esa dignidad que todos nos merecemos como seres humanos".

Pero sí que ha cambiado un poco la forma de trabajar: "Estos dos últimos años nos hemos visto obligados a atender más proyectos de emergencia, por necesidad. Primero, en la época de la covid-19 más dura, con temas sanitarios, de respiradores, oxígeno o alcohol, incluso. Y luego muchísimas ayudas porque la gente que se quedaba confinada no tenía medios para subsistir, para evitar una crisis de hambruna, que ya la hay".

Pardo explica que con pequeños gestos se puede cambiar completamente la vida de las personas: "Hacer un pozo cambia la vida de toda una población, evita que las niñas tengan que ir a buscar agua 2 horas, con el riesgo que eso conlleva. Hacer una escuela implica darles un futuro a esos niños que, si no, apenas tienes acceso a la educación. O darles ayuda en la agricultura implica garantizar la seguridad alimentaria. Son pequeños gestos o grandes gestos. Siempre recuerdo una pequeña presa que hicimos en Vietnam. Gracias a ella se pasó de una cosecha de arroz al año a tres".