Helado, el dulce que han comenzado a vender las monjas clarisas en estos meses de tanto calor
Las hermanas de Gandía y Mallorca han encontrado una nueva forma de conseguir fondos para mantener sus monasterios

Helado, el dulce que han comenzado a vender las monjas clarisas en estos meses de tanto calor
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hablando del calor que ha hecho esta semana... ¿a quién no le ha apetecido esta semana un helado? Esta última es la alternativa que nos ofrecen las clarisas del Monasterio de Santa Clara de Gandía, en Valencia. Se han puesto de moda por la zona y los turistas no dejan de acercarse hasta su puerta a comprar este producto. Nada que ver con los que hacen las grandes empresas del sector o los que podemos encontrar en los quioscos del paseo marítimo.
Nos lo ha contado sor Isabel, una de las 9 las clarisas que viven en este monasterio de Gandía. Ellas siempre se habían dedicado a los dulces, todo un clásico navideño que no falla nunca y que les ha ayudado siempre a pagar parte de sus costes. Este es el segundo verano que los venden y, de momento, están teniendo mucho éxito.
Las monjas empezaron a preparar estos helados el año pasado, pero, como era la primera vez que los hacían, no les dio tiempo a venderlos hasta agosto. Este año, por suerte, han podido adelantar ese lanzamiento a julio, aunque les habría gustado hacerlo incluso antes (mayo o junio), porque están siendo todo un éxito y eso significa que se han dejado a muchos clientes por el camino. Limón, naranja, fresa, almendra, avellana, chocolate, tarta de queso, oreo y café, yogur... Son algunos de los sabores que venden estas monjas. ¡Y están probando algunos nuevos!, como el de Pita-haya, también llamada “la fruta del dragón”, que viene de América y se consume mucho en Perú y México.
Helados sinodales
¿Pero por qué comenzaron las clarisas de Gandía a vender estos helados? Les enseñaron sus hermanas de otra comunidad, la de Mallorca. Sor Sebastiana, que se ocupa del obrador nos cuenta cuál es su receta. Estos helados son muy conocidos por los mallorquines, pero también por los turistas que visitan la isla. De hecho, varios guías llevan a los viajeros hasta este punto y el producto que más venden durante estos meses es este.
Estas clarisas de Mallorca, a su vez, aprendieron de un pastelero...
Se tarta un pastelero de Cantabria llamado Eloy Galdeano. Él hace muchos años que conoce a esta comunidad de Clarisas de Mallorca. En principio, este profesor de panadería solo iba a ir una vez a su convento para enseñarles a hacer roscones. Pero, cosas que pasan, que al final ha tenido que ir tres veces. Aquello fue en verano. Eloy estuvo unos días enseñándoles a hacer ese dulce para Navidad, pero de casualidad le contaron que tenían una heladora y que no la sabían utilizar. Fue así como surgió que, en una segunda visita, les explicó como fabricar estos helados artesanos.