Paula y Dani no imaginaban lo que el camino al altar les deparaba: "Nos ha cambiado la vida"

«Este retiro surge de nuestra propia experiencia, de lo que nosotros vivimos. Cuando Dani y yo estábamos prometidos, buscábamos un retiro que nos preparase realmente para vivir el día de la boda, para vivir el sacramento. Y como no lo encontramos, nos pusimos de acuerdo con otra pareja de amigos que se iba a casar y con un amigo sacerdote y nos fuimos por nuestra cuenta. Ese fin de semana nos cambió tantísimo la vida que quisimos compartirlo con otras personas. Y la verdad es que los frutos están siendo increíbles. Las parejas salen también transformadas», cuenta Paula Vega, una reconocida misionera digital, entregada a la evangelización por las redes.

Basado en las catequesis del Papa Francisco en Amoris Laetitia, este retiro invita a aquellas personas que caminan hacia la vida familiar a descubrir todo el sentido que tiene el sacramento del matrimonio y cómo vivirlo sin "perderse" entre tanto robo de atención. «Creemos que es cosa de tres porque al final Dios es el pegamento que mantiene unida a la pareja, porque hace crecer ese amor y sobre todo hace que permanezca. Al final siempre hablamos de un triángulo en el que cuanto más cerca estamos de Dios, pues más cerca estamos del otro. Dios es el tercero de la relación», explica Daniel Mir, con quien Paula, además, comparte proyectos de pastoral juvenil y vocacional en su diócesis. 

El noviazgo es, para este equipo, un tiempo vital y preciso

Hace unos días, ha impartido un taller en el Congreso de Vocaciones celebrado en Madrid por la Conferencia Episcopal Española. «Nuestro equipo está formado por tres matrimonios, muy comprometidos con la Iglesia en nuestras respectivas diócesis: Paula y Dani, de Málaga; Irene y David, de Murcia, y Andrea y Sergio, de Orihuela-Alicante, que además nos formamos porque cuatro de nosotros estudiamos Teología actualmente y que también hemos vivido el retiro», explica Paula. Junto a ellos está Antonio Martínez, que es sacerdote de Orihuela-Alicante, en la parroquia de la Inmaculada Concepción en San Vicente del Raspeig, y director de Pastoral Universitaria. «Y sobre todo eso, muy amigos», dice Dani.

El noviazgo es, para este equipo, un tiempo vital y preciso: «Es importante porque es el momento óptimo para prepararse al final para la mejor aventura, que es el matrimonio: conocerse bien, sentar las bases y sobre todo construir sobre roca, para que luego si llegan las tormentas no nos hundamos».

Parejas que han pasado por esta experiencia corroboran su éxito:

«Veníamos sin mucha expectativa, en medio de todos los preparativos de la boda. Salimos fortalecidos en la relación, súper contentos, eufóricos, emocionados... Y, sobre todo, hemos conectado con Dios a nivel pareja. Vamos con muchas más ganas de casarnos y ver cómo siempre Dios nos ha acompañado y nunca nos abandona», cuentan algunos.

«Nuestro retiro es diferente porque nos centramos en la Teología, cuenta Paula, en la profundidad que hay detrás del sacramento del matrimonio. Desde ahí se entiende todo lo que necesitamos entender y además nos enriquecemos con Amoris Laetitia, la alegría del amor del Papa Francisco. También a los prometidos les ayudamos a preparar con conciencia el día de la boda, porque el rito tiene muchísima más profundidad de lo que pensamos».