Deja Tarragona para ir a Harvard con 16 años y, 2 cursos después, tiene un papel desconocido en el premio más famoso

Expósito cuenta la increíble historia de María y su participación en uno de los premios de ciencia más prestigioso con sólo 18 años

Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

      
      
             
      

Se suele tener el pensamiento de que hay que alcanzar cierta madurez en el mundo de la investigación para lograr grandes descubrimientos o ser reconocido con premios importantes. No obstante, sólo hace falta una búsqueda rápida en Wikipedia para darse cuenta de que algunas de las mentes más brillantes de la historia, de Newton a Einstein pasando por Galileo, comenzaron su trabajo siendo apenas adolescentes.

No obstante, no por ello no deja de sorprender la historia de María Borràs, una joven de la Pobla de Montornès, un pequeño municipio de Tarragona, que dejó su casa cuando estaba apenas en cuarto de ESO para irse muy lejos: a Boston. Concretamente a la prestigiosa universidad de Harvard. Ahora, dos años después de aquella decisión, tiene parte de 'culpa' en el premio de ciencia más famoso en el mundo, que se otorgó hace sólo unos días.

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Escudo de Harvard University

De Tarragona a Harvard

Sus aventuras en el extranjero empezaron cuando tenía solo 15 años y aún estaba en el instituto. María recogió sus cosas y cruzó el charco para incorporarse a la vida universitaria, como contaba este viernes en La Linterna: “Me surgió la oportunidad de hacer un programa en la Universidad de Harvard, en el que pude hacer una asignatura universitaria, cuando estaba en cuarto de la ESO, sobre ingeniería bioquímica y vida sintética” aclara la joven a Expósito, al que asegura que se le “abrió un nuevo mundo a todo el tema de investigación biomédica, que es la rama en la que ahora estoy dedicada”.

María sabía que ese tren sólo pasaría una vez en la vida, y no dudó en subirse. Durante su estancia en Harvard compartió clase con universitarios y gente de posgrado, lo que le permitió aprender de la experiencia de sus compañeros, mayores que ella. “Fue abrirme a un mundo de gente que ya llevaba años sin investigación y que las clases eran enriquecedoras porque, sobre todo, te incita mucho a la discusión, al debate”.

“No tenía tantos conocimientos porque aún no había cursado una carrera universitaria, por ejemplo. Pero también me reiteraban mucho que mis contribuciones eran válidas en el sentido que, a veces, cuando tu mente no está tan llena de conocimientos, das como una perspectiva nueva”.

Su papel en el premio más famoso

Y es que el miércoles la Real Academia de las Ciencias sueca otorgaba el premio Nobel de Química a tres reputados investigadores. Dos estadounidenses: David Baker y John Jumper y un británico: Demis Hassabis. Y, concretamente, la propia María Borràs trabajó durante todo el verano ha trabajado mano a mano con el equipo de uno de los galardonados, con David Baker.

      
             
      

Canva

Laboratorio

Y, aunque el premio se lo han concedido al británico, la joven científica se siente muy orgullosa. Y es que es sorprendente escuchar a María Borrás hablar con tanta precisión y pasión de proteínas y de su trabajo en el laboratorio siendo tan joven. “He sido siempre una persona muy curiosa y me ha personado el mundo STEM, de ciencia y tecnología e ingeniería”, explica en La Linterna. Explica que, desde pequeña, ha seguido buscando programas científicos para trabajar en laboratorios, empezando por Tarragona, “investigando en los laboratorios allí, y luego así va creciendo en el instituto y en bachillerato”. “Hice programas de investigación en Barcelona y luego ya me moví al ámbito internacional”.

Sobre el Nobel, María comenta en COPE que este verano le surgió la oportunidad de, gracias a una colaboración con Harvard Medical School, “investigar con otra colaboración en la Universidad de Washington en el departamento de bioquímica y, en concreto, en el Baker Lab, que se centra en el diseño de proteína y cuyo investigador principal es David Baker, que ha sido recién galardonado con el premio Nobel de Química de 2024”.

EFE

Anuncio de los ganadores del Nobel de Química 2024 en la Real Academia Sueca

En qué consiste la investigación del Nobel

Explica María que, gracias a el trabajo que han realizado desde marzo y durante todo el verano “analizando unas 200 secuencias de proteínas al día para poder analizar miles y miles de proteínas y ver qué estructura tridimensional” van a poder determinar y analizar cómo se van a poder utilizar en lo que se llama hoy en día 'medicina de precisión'.

      
             
      

Este tipo de medicina resulta beneficiosa para todos los pacientes de enfermedades víricas, como la gripe o el COVID, pero también para quienes sufren cáncer. “Lo que hace es ir directamente a la fuente del problema, a la fuente de la enfermedad, en vez de atacar, como hacen por ejemplo los antibióticos de amplio espectro o la quimioterapia en el caso del cáncer, que atacan muchas más células del organismo y por ello tienen muchos efectos secundarios”, concluye.