Diego Garrocho: "Mientras en Cataluña o País Vasco llevan décadas invirtiendo en sus universidades, en Madrid falta ambición"

¿Para qué sirve una universidad? Esta pregunta es una pregunta antigua. Se la hizo Ortega en 1930 y sigue estando naturalmente perfectamente viva. Partamos de lo que la universidad no es, y es que al contrario de lo que muchas veces se cree, aunque las universidades tienen como propósito formar a profesionales, no son una escuela de oficios ni centros de capacitación profesional. 

Una universidad tiene como misión custodiar los saberes antiguos e investigar para que el conocimiento sea cada vez más amplio. Y además de todo ello, una universidad debe ser un templo civil consagrado a la sabiduría, a la crítica, a la verdad y a la deliberación. Así lo creo al menos. Esta mañana se han manifestado miles de profesores y estudiantes en la sede de la Asamblea de Madrid para pedir una mejor financiación a las universidades públicas madrileñas.

No te miento si digo, y lo conozco de primera mano, que la situación de verdad es crítica. Mientras algunos territorios como Cataluña o País Vasco llevan décadas invirtiendo en sus universidades y en centros de investigación públicos, en Madrid desafortunadamente nos ha faltado ambición para potenciar una institución fundamental para la prosperidad de la región.

La universidad pública no sólo es imprescindible para garantizar una democratización del saber y para garantizar la justa meritocracia. Hay formas de conocimiento que son fuegos sagrados de nuestra tradición cultural, como el latín, la ciencia básica o la filosofía, que no pueden quedar expuestas a las leyes de la oferta y de la demanda. Y digo más, en un tiempo en el que la corrección política amordaza a tantas personas, el que exista un cuerpo de funcionarios libres capaz de defender ideas impopulares creo de verdad que es imprescindible.

También pienso que la reivindicación que hoy han formulado tantos profesores y alumnos es justa y me gustaría que desde Madrid y que desde todos los territorios de España se asumiera como prioritaria la inversión e investigación en formación y en toda la universidad en su conjunto. El pacto con las generaciones futuras, pero también el respeto por nuestra tradición humanística, científica y cultural así lo exigen y les aseguro que esto no tiene nada que ver con la lucha entre izquierdas y derechas, sino que tiene que ver con la pugna entre la sabiduría y la ignorancia.