Emigra a Lugo desde Canarias y, un año después, un alto cargo de la Xunta pide una foto con él tras oír lo que hizo en el colegio
Expósito cuenta la historia de un joven de 16 años que, tras sólo 18 meses en un centro escolar lucense, ya se ha convertido en toda una celebridad
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Uno de los grandes temas que van a marcar este 2025 va a ser, lógicamente, la inmigración. De hecho, este miércoles España ha vivido una nueva jornada de llegadas irregulares a las costas españolas pero, a menudo, nos olvidamos de que detrás de cada cifra, de cada dato, de cada estadística, hay historias de miles y miles de personas.
Una de esas historias la contaba este miércoles Expósito en La Linterna, sobre un joven de apenas 16 años que, tras sólo 18 meses de llegar hasta la provincia de Lugo desde Canarias, un alto cargo de la Xunta de Galicia ha llegado a pedir una fotografía junto a él. El motivo, señala el comunicador de COPE, radica en lo que ha hecho en este año y medio que ha estado en el centro escolar.
Emigra a Lugo desde Canarias
Como muchos migrantes, Ibrahima soñaba con cambiar el destino de su familia pero las oportunidades escasean en Senegal, su país natal. Por eso, hace un año y medio decidió emprender un viaje plagado de riesgos cuyo destino final sería España. Sin embargo, antes tendría que atravesar varios países africanos y después, el mayor de los retos, cruzar el mar.
“El viaje fue muy duro porque fue desde Senegal a Marruecos, fue muy duro porque había mucha gente en la patera y estuvimos perdidos un día en el mar hasta que nos cogió el salvamento”, recuerda el joven en una entrevista para COPE Ribadeo que ha recuperado La Linterna. Y es que, desde el principio, su destino fue Canarias, hasta antes meses después que le mandaron a Galicia.
En aquel momento, Ibrahima tenía solo 16 años y forma parte de ese 15% de menores que cruzan el Atlántico sin la compañía de sus familias. Sin embargo, prefieren desafiar a la incertidumbre de cruzar el mar antes que resignarse a las carencias que soportan en sus países de origen.
Lo que hizo en el colegio
Según datos del Ministerio del Interior, sólo en 2024, más de 60.000 personas llegaron a España en embarcaciones precarias. Aun así, cuando Ibrahima Diambang llegó a nuestro país lo hizo cargado de sueños en los bolsillos y ahora ha conseguido cumplir uno de ellos. Y es que el joven puede celebrar haber recibido el Premio Extraordinario de la ESO, un reconocimiento a su esfuerzo y dedicación.
“Fue difícil, pero como que las cosas, si quieres llegar tienes que esforzarte y tienes personas que te ayudan para adelantar los recursos, para estar un poco fácil, pero me he esforzado mucho”, reivindica el joven en COPE, lleno de determinación, pero también de humildad. En el año y medio que lleva en Lugo ha estado en uno de los centros San Aníbal de Burela, localidad lucense.
Un alto cargo de la Xunta pide una foto
Eso sí, ahora se permite sonreír al recordar que incluso el presidente de la Xunta se ha querido hacer una foto con él, como el propio Ibrahima cuenta a Expósito. “Cuando lo vi me sentí muy contento porque sacarme fotos con uno de los presidentes de Galicia es un orgullo para mí”. Asegura que le dijo que tenía que contar más su historia, “que estaba muy contento por mí, que siga adelante”.
Pero su travesía no estuvo exenta de sacrificios. El primero, claro, su familia. Cada día, Ibrahima piensa en ellos, en su lucha compartida, en cómo su dedicación podrá abrirles las puertas al resto todos. Dice, son su motor. “Estoy aquí para cambiar la vida de mi familia y mi vida, por eso me esfuerzo tanto para llegar donde tengo que llegar. La vida aquí es muy distinta de allí, allí viven todos juntos si son muchos”, confiesa.
El sueño de Ibrahima
Como casi todos los jóvenes, Ibrahima sueña con ser futbolista, con pisar el césped del Camp Nou o del Santiago Bernabéu. “El primer sueño que tuve en mi cabeza al llegar era que me fichase el Bacelona o el Madrid, porque me gusta mucho el fútbol”, revela el joven que, no obstante, es mucho más pragmático que algunos niños de su edad, por eso contempla otras posibilidades.
El presidente de la Xunta me dijo que estaba muy contento por mí, que siguiese adelante
Migrante hasta Lugo
Por ejemplo, convertirse en enfermero o profesor. En definitiva, profesiones que le permitirían ayudar tanto aquí como en su tierra natal. La historia de Ibrahima está impregnada de optimismo realista, de esa certeza de que el esfuerzo y la educación son llaves capaces de abrir cualquier puerta.
Para él, los estudios son una herramienta poderosa para alcanzar sueños y transformar vidas. En este inicio de año, su historia nos recuerda que los sueños no conocen fronteras y que la perseverancia siempre encuentra recompensa.