Luis del Val: "China se aprovecha de la guerra de Ucrania y mientras tanto su economía sigue creciendo"

Si observamos a los líderes mundiales, veremos que la mediocridad de su preparación es superada por su gran soberbia. Y que su inteligencia, que la tienen, son inteligentes, la aplican para conseguir el poder, aumentarlo y, a ser posible, llegar a la autocracia. Putin lo ha conseguido en Rusia, ya es una autocracia. Donald Trump sueña con ello, pero hasta los líderes locales y poco importantes, como Pedro I el Mentiroso, también poseen esas características.

Y en la Unión Europea ya empiezan a crecer brotes autocráticos porque la mediocridad no detiene a la ambición. El gran desastre sería la Tercera Guerra Mundial. Y no confío nada en la miedosa y cada vez más irrelevante Unión Europea, ni en el resentimiento universal de Putin, ni en la irresponsable conducta de Trump demostrada cuando se negó a reconocer los resultados en la votación anterior, cuando salió derrotado.

Sin embargo, confío en China, sí, sí, confío en China. No porque los dirigentes comunistas chinos sean bondadosos, caritativos y amantes de la paz, al contrario, creo que serán despiadados cuando dominen el mundo. Pero por ahora les encanta que Putin se desgaste en la guerra con Ucrania, que debilita a la Unión Europea y que deteriora a Estados Unidos en sus relaciones con los europeos.

China se aprovecha de la guerra de Ucrania y mientras tanto su economía sigue creciendo. Y la bolsa de Nueva York, donde hay capital chino en cantidades ingentes, le ayuda a enriquecerse más. Hoy a China le favorece todo. Lo peor será cuando se hayan desgastado Occidente y Rusia y China invada Taiwán y se origine el gran lío. Mi única esperanza es que, de aquí a cuando eso ocurra, la mediocridad y soberbia de los dirigentes que nos gobiernan hoy haya sido sustituida por políticos con sentido de Estado.