Una neuropsicóloga señala cuando es necesario acudir a un especialista tras tragedias como la de Valencia
La salud mental se convierte en un aspecto aun más fundamental ante situaciones como esta
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Tres semanas después de la catástrofe que asoló a la provincia de Valencia. Tres semanas desde que muchísimas personas lo hayan perdido todo, sus casas, sus negocios, sus vehículos e incluso vidas humanas en algunos casos. Y con el panorama de desolación que dejó la DANA, la salud mental es uno de los aspectos que más preocupa.
Y es que en casos como este, la salud mental se convierte en algo más fundamental que nunca, ya que nuestro cerebro tiene la tarea de que no nos vengamos abajo en los momentos más difíciles. Pero esto no es una tarea fácil, y en muchas ocasiones requiere de acudir a expertos, como los numerosos psicólogos que se han desplazado a Valencia con el motivo de prestar su ayuda.
El entorno y los pequeños
Aurora García Moreno, neuropsicóloga, sobre las personas afectadas, afirma que toda esa destrucción que se percibe a su alrededor y presenciar esas personas que han perdido la vida puede llevar a manifestar cambios en el comportamiento y también a afectar a la hora de la concentración, de memorizar, dificultando el desarrollo de las actividades diarias, sobre todo a los niños en los colegios. Además, constituye un factor de riesgo para desarrollar un trastorno de estrés postraumático.
“En el caso de los niños, el cerebro aún está en desarrollo y el trastorno de estrés postraumático provoca cambios tanto a nivel de estructura como a nivel funcional de nuestro cerebro, lo que a un medio largo plazo, este trastorno postraumático constituye un factor de riesgo para desarrollar otras enfermedades mentales. Además, en caso de un trauma infantil, se triplica el riesgo de enfermedades mentales en la edad adulta, como pueden ser estados también ansiosos o depresivos, TOC, o trastornos de la personalidad, entre otros”, dice la experta.
Los adultos
En esta situación, el impacto emocional se complica cuando se percibe la situación desde cómo podría haberse gestionado mejor, a nivel político, a nivel social. El dolor que siente esta persona además se agrava con sentimientos y con emociones como rabia, ira, o tristeza que va a ir fluctuando sobre todo en aquellos que tuvieran algún problema de salud anterior que se va a agravar. “Incluso habrá casos que han perdido incluso su autonomía porque viven en casas de familiares y afectan también sus relaciones sociales, lo que incluso puede derivar en un aislamiento social”, afirma Aurora.
El apoyo psicológico
Las emociones pueden ser muy intensas al inicio y poco a poco tienden a disminuir, aunque persistan de algún modo, pero todo también depende de las personas de su circunstancia. Aun así, si después de tres o cuatro semanas esas emociones no han disminuido y el malestar persiste con la misma intensidad que los primeros días, es el momento de pedir ayuda. “Yo pienso y creo que así será que una vez que la situación sea más estable se va a empezar a trabajar sobre todo con los niños por este estrés postraumático y con adultos, porque muchísima gente estará experimentando algo parecido y mi consejo es que se trabaje tanto individual como grupalmente, sobre todo en los peques, en sitios que les dé seguridad como pueden ser los colegios”, corrobora la experta.