Madrid - Publicado el - Actualizado
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Fernando Jáuregui
Cuento en el ‘confi’ algunas periferias del desayuno de este lunes en torno a Mariano Rajoy, organizado por Europa Press. Allí estaba lo más granado de todas las ‘fracciones’ (¿?) del Partido Popular, en estrecho amor y compañía, juntos, pero nada revueltos. O revueltas, que todos estábamos muy atentos para ver si la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y la secretaria general, María Dolores de Cospedal, se daban el beso de salutación de rigor. Y no. Claro que tampoco se lo dieron Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, sentadas una al lado de la otra.Siete ministros, los presidentes de las cámaras legislativas, cuatro o cinco presidentes autonómicos, multitud de secretarios de Estado y subsecretarios, jefes de gabinete, directores de comunicación ministeriales, empresarios de diverso pelaje y, al fondo, periodistas, abarrotaban la sala más grande del hotel Villamagna.Yo diría que casi todos eran allí partidarios. Friends, y no foes. ¿Qué sentido tenía que el presidente acudiese a foro tan propicio para cantar sus aciertos en política económica? Pues quizá estaba allí por razones varias: una, que el presidente de Europa Press, Asís Martín de Cabiedes, es persona persuasiva, y llevaba meses empeñado en tener a Rajoy para celebrar con brillo y expectación el décimo aniversario de los desayunos de la agencia, siempre en pugna con el foro Nueva Economía del ex socio José Luis Rodríguez. Dos, que los asesores monclovitas, sean quienes sean, le han dicho que haga el favor de tener más contacto con la gente (aunque esta gente sea la alta militancia del PP) y menos plasma. Tres, que quería decirles a los suyos que él piensa seguir en la carrera electoral pase lo que pase el día 24 de mayo. Así que fin a las especulaciones.Portavoces oficiosos de La Moncloa (no Carmen Martínez de Castro, sentada en mi misma mesa, pero bastante silente) acusaban a ‘algunos medios’ (yo creo que se referían a El País) de agigantar las diferencias internas en el PP. Tendí a darles alguna razón: no menos de veinte portadas en poco más de un mes hablando de las desavenencias intestinas son muchas portadas. Y me parece que Rajoy, en el partido que comanda con mano de hierro en guante de acero, no está en cuestión. Desde luego, si tengo que apostar, apuesto por que estará en la finalísima hacia La Moncloa. Frente a Pedro Sánchez. Y ganará aquel a quien apoye Albert Rivera. Como suena. Pura lógica, ¿no?