El Toledo imperial de Cospedal

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hacemos el ‘confi’ desde Toledo –bueno, yo, en realidad, desde Madrid, donde presento, en la Academia de Jurisprudencia, erl libro ‘Las semillas de Annual’, de mi compañero Luis Cazorla--. En Castilla-La mancha todo está centrado en María Dolores de Cospedal, que su pongo que nos acompañará un rato. Confidencialmente, les diré que yo creo que no saca la mayoría absoluta que le pronostican, aunque, desde luego, tendrá bastantes más votos que sus oponentes, en general. ¿Conseguirá con ello gobernar? No, si hay acuerdos en contra, y téngase en cuenta que Ciudadanos no tendrá resultados precisamente espectaculares en C-LM.Por lo demás, andamos algo constreñidos en el ‘confi’ por la prohibición legal de divulgar sondeos. Porque es precsaiemente ahora cuando te enteras de los ‘trackings’ últimos de cada partido, es ahora cuando todos te filtran que van a ganar. La verdad es que ¿sirve de algo esta campaña?¿Sirven de algo las campañas electorales?Acabo de mantener una discusión a micrófono abierto, en las ‘mananas de COPE’, con mi buen amigo Ángel Expósito, que insiste en la inutilidad y cansancio que provocan en el personal las campañas electorales. Yo, en cambio, pienso que son muy útiles e incluso saludables: sin las campañas, que preceden necesariamente a las elecciones, andaríamos todavía en los tiempos del derecho de pernada. Por eso, no me parecen estériles ni necesariamente mendaces las promesas que se hacen en campaña, ni los paseos por las calles de candidatos que, si no, jamás darían la mano a un transeúnte. Es bueno que, al menos una vez cada cuatro años  --¡al menos!--, eso que genéricamente se llama 'los políticos' mantengan un contacto directo con sus administrados, aunque sea entre mitin de simpatizante y cenas con afiliados, aunque sea a base de besar a niños y repartir globos rojos, azules, naranjas o morados.Cuando se nos dice que todavía se detecta un veinte por ciento de indecisos, que no saben qué voto depositar en la urna, el tirón final de la campaña puede, además, ser decisivo. Y eso que la campaña ha sido algo átona, sin aportar novedades sustanciales. ¿Podemos esperar aún alguna sorpresa importante por parte de uno o varios candidatos?¿Algún anuncio sobre pactos, alguna propuesta de medidas regeneracionistas que verdaderamente lo sean? ¿Algún debate televisivo constructivo entre candidatos? ¿Algo más que la 'boutade' o el desplante de turno?Sinceramente, no soy tan optimista como para pensarlo. Me parece que, pese a esos indecisos, la suerte está casi echada y, a cuatro días de las elecciones, me atrevo a pronosticar, pese a la irrupción sólida de las formaciones emergentes, que la tónica que salga del 24-M, y de los acuerdos y conversaciones posteriores, será básicamente continuista: habrá, pienso, baile en dos o tres autonomías -como mucho-en cuatro o cinco capitales de provincia. Pero estas no van a ser las elecciones decisivas para marcar los nuevos estilos de gobernar, el cambio de era que se hace, a pesar de todo, evidente. Tampoco la campaña lo ha sido, aunque ya digo: prefiero campaña sin ideas nuevas que ocurrencias sin campaña.