La cara invisible del coronavirus: ¿cómo están ayudando a los más desfavorecidos?
En España hay 40.000 personas que no tienen un hogar donde vivir, muchas de ellas tienen patologías previas y no disponen de recursos de higiene
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
La crisis del coronavirus está azotando a todos pero como siempre ocurre se ceba con los más débiles. Vamos a empezar la sexta semana confinados, encerrados en casa pero, ¿qué ocurre con los que no tienen casa? ¿O con aquellos que tienen un techo pero que no tienen recursos? ¿Te has parado a pensar en ellos? Desde hace meses, a la entrada de Madrid por la calle O'Donnell, muy cerca del Pirulí, puedes ver a una pareja de personas mayores viviendo en la calle. Un carro lleno de ropa y unos cuantos cartones eran sus pertenencias. En España hay 40.000 personas que, por distintas situaciones, no tienen un hogar donde vivir. Muchas de ellas tienen patologías previas y no disponen de recursos para mantener las recomendaciones de higiene y distanciamiento social que se requiere para no estar contagiado. En ciudades como Barcelona un pabellón de la Feria de Barcelona y el espacio Pere Calafell se han habilitado para poder acogerlos. También en Madrid distintos hoteles de la Comunidad están acogiéndolos para que puedan hacer el confinamiento. Los centros de acogida no dan abasto. Hace unas semanas hablábamos con el hermano Juan Antonio Diego Esquivias del Centro de acogida Santa María de la Paz y nos contaba que todo les pilló de sorpresa.Entre las cosas que necesitaban en el centro estaba la leche. A casi 400 kilómetros de distancia, en una explotación ganadera ubicada en la ribera de Navarra se encontraba escuchando la entrevista Pepe. Nada más escuchar a Juan Antonio decidió donar toda su producción del día. En total 24.000 litros de leche.
Juan Antonio nos decía que los primeros días no fueron fáciles a la hora de gestionar a tanta gente pero que poco después la convivencia se hizo mucho más sencilla. Algo más caótico estaba siendo la situación en el otro albergue de los hermanos de San Juan de Dios en Madrid.
Vamos a descubrir ahora cual es la situación en este albergue San Juan de Dios. con Amelia Oviedo que es la directora técnica de este centro.
Eso en cuanto a los sin techo, pero ¿qué pasa con aquellas personas que no tienen recursos? Personas que antes de la crisis económica que nos acecha ya tenían que buscar ayuda.Hace unos meses conocí a uno de esos superhéroes que tanto nos gustan en La Linterna. En septiembre viajamos a Barcelona y fuimos hasta el barrio de El Pomar en Badalona. Una zona en la que 1 de cada 3 vecinos son mayores de 65 años. Muchos de ellos viven solos, sin ascensor, en unas condiciones que muestran cómo el barrio ha luchado durante décadas contra la droga.En medio de estos problemas los vecinos de El Pomar ven una luz de esperanza. La encontramos en una de sus calles en la avenida de Terrassa. Allí hay una pequeña parroquía que desde hace años lucha para en resumidas cuentas: hacer la vida más fácil a los de alrededor.
En agosto de 2017 nació en esta iglesia la fundación 'Domus Misericordiae Sant Josep', la casa de misericordia. Su objetivo es ayudar a personas y familias en situación de pobreza y vulnerabilidad ofreciendo acompañamiento integral y apoyo a sus necesidades. Su lema es “dignificar la vida de las personas”.
Esta labor se realiza a través de distintos proyectos. Repartían comida a los más necesitados, rehabilitaban hogares y habían puesto en marcha hasta un comedor. Allí un grupo de 20 voluntarios organizaban un comedor social que proporciona una alimentación equilibrada, casera y variada a más de 50 vecinos.En este comedor de la parroquía San Sebastián... en Badalona... también me encontré con Encarna. 72 años y hacía lo que podía para llegar a final de mes con 480 euros mensuales. Parte fundamental del éxito de este comedor eran los más de 20 voluntarios que ayudaban en la cocina,organizaban mesas, coordinaban acciones en hogares y muchas otras cosas.
El artífice de todo esto era el Padre Felipe Simón. Cura de dos parroquías. Cuando hablé con él septiembre me dijo que tenía tres grandes áreas de trabajo. Una: dar de comer. Dos: ir a Barcelona a la zona del Paralelo a repartir comida entre los sin techo. Y tres: acondicionar pisos del barrio. Nos atiende en La Linterna para contarnos cuál es la situación allí.