Expósito se desplaza hasta los Monegros para hablar sobre los efectos de la sequía
Además descubre cómo sus vecinos se adaptan a la zona y desarrollan varios proyectos que ayudan a mejorar el uso y control del agua.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Estamos en pleno desierto de los Monegros. La verdad es que realmente impresiona este lugar. Te podría decir que lo más parecido es un paisaje lunar… tierras, piedras y ninguna señal de vida mires donde mires. Pero si hay un ejemplo mucho más gráfico la fotografía es algo similar al desierto en el que Walter White aparcaba su autocaravana. Es una zona árida, en la que de vez en cuando te encuentras con alguna estepa. El suelo está cuarteado y se rompe en trozos cuando pisas sobre él.
La tierra está completamente seca. Es una zona prácticamente despoblada. Para que te hagas una idea este desierto ocupa más de 200 mil hectáreas y en ella tan solo viven 20 mil habitantes. Los pueblos son pequeños y están unidos por pequeñas carreteras comarcales, algunas de ellas con demasiados baches. Uno de los es Farlete donde estamos encendiendo esta Linterna. Se encuentra a unos 30 kilómetros de Zaragoza. Aquí tan solo ha llovido 22 días en todo el año y en este último mes no ha caído nada de agua. Héctor es el alcalde de esta localidad. Con él visitamos uno de los pozos.
Impresiona que mires donde mires tan solo hay tierra, polvo y piedras. En el centro de este pozo un pequeño charco y varios árboles alrededor. Los vecinos me cuentan que se han plantado hace poco y que están intentando regarlos con el sistema de goteo. El agua en esta zona es oro. Se cuida cada detalle. Pero muchos siguen sin entender cómo esta situación de sequía es posible teniendo a pocos kilómetros el paso del Ebro.
Son muchos años de trabajo y de adaptación para unos vecinos que viven en una de las zonas más secas de España. Poco a poco, con mucho esfuerzo y llevando a cabo proyectos innovadores como la construcción de nuevas balsas para almacenar el agua están consiguiendo que por ejemplo este año, a pesar de la escasez de lluvias, sus habitantes no sufran restricciones.
Cada gota de agua es vital y por eso se gestiona para no desperdiciar nada. La empresa encargada de llevar a cabo esta tarea está ubicada a pocos kilómetros de aquí, en Leciñena. Es un lugar de contrastes. Si miras al horizonte ves el desierto pero si bajas la vista te sorprende el sonido del agua cayendo desde una tubería a una de las dos grandes balsas en las que se almacena el agua que después se reparte a los distintos municipios.
Las bombas de este lugar están ahora a pleno rendimiento. Sin ellas sería imposible que los pueblos de esta zona pudieran existir. Es la una de la tarde y toca ahora la segunda revisión para comprobar que todo funciona correctamente. Alberto González repite la misma rutina varias veces al día. Enciende el ordenador y monitoriza uno a uno todos los depósitos de la zona. Es fundamental que no se pierda ninguna gota de agua. Todo está controlado para que salte la alarma en el caso de que haya un aumento inesperado del consumo. Imagínate, tal y como está la luz, lo que puede llegar a suponer de coste para una empresa que no deja de bombear agua para poder llenar sus balsas.
Imagínate ahora que tienes que gestionar en esta zona cada día miles de litros de agua para el funcionamiento de tu empresa. Que sin este bien tan preciado tu negocio podría desaparecer para siempre. Es lo que le pasa a José Carlos. Es ganadero en Farlete y tiene a su cargo cerca de cerca de mil ovejas.
Tu ponte en su situación. Si esa oveja no consigue beber lo que el animal necesita al final eso repercute a la hora del rendimiento que se le puede sacar al animal. Tiene que gestionar todo a la perfección. Algo que se complica cada día más teniendo en cuenta la subida de precios de prácticamente todo.
Emocionado y cabizbajo José Carlos es muy claro cuando habla del futuro de su negocio en una zona tan seca como esta. Considera que si no hay solución y no se resuelve este problema con el agua los próximos meses pueden ser muy negros para su empresa.
Hoy estamos recorriendo este desierto de los Monegros. Es una región con un ecosistema muy particular. Nunca ha llovido mucho y toda la zona que rodea Farlete o Monegrillo es terreno de secano desde hace muchos años. Aquí lo habitual ha sido siempre el cultivo de cereales de invierno. Lo sabe muy bien Jaime que a sus 81 años se ha tenido que adaptar a las circunstancias del terreno y también de la época.
La gestión del agua que han hecho agricultores como Jaime ha sido siempre ejemplar ya que se han adaptado a esta tierra. Sin embargo hoy, desde su punto de vista hay otros problemas más importantes que el agua. Por un lado la falta de relevo generacional… los jóvenes no quieren trabajar en el campo… y por el otro el desconocimiento por parte de algunos políticos.
Hoy en COPE estamos hablando del agua, un bien escaso que nos presenta un gran desafío desde ya.. Este miércoles estamos recorriendo España para conocer de primera mano los efectos de la peor sequía en las últimas décadas.. Y como siempre estamos sobre el terreno, pisando la tierra, hablando con aquellos que lo sufren en primera persona y con quienes están aportando soluciones… Porque esa es la clave, encontrar soluciones y aprender.