Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hoy nuestro Tema del día tiene muchos nombres propios y dos grandes escenarios, uno de origen y otro de destino. Los nombres propios de esta historia son miles, nadie los recuerda y seguramente no sean ni tan siquiera reales. Ana, Eva, Ivette, Marcela... La mayoría de estas mujeres llegan a perder incluso su identidad. Te hablamos de estas chicas que caen en manos de mafias, en manos de redes de prostitución que las tratan simplemente como mercancía, como carne. Para ellos no tienen nombre, son simples cabezas de ganado con las que hacer negocio.
Hace algunos meses tuvimos la posibilidad de hablar con una de estas mujeres. Nos dijo que se llamaba Marcela - pero vete a saber cuál era su verdadero nombre -. Aparentaba unos 40 años y trata de dibujar una sonrisa aunque en los ojos se le nota el sufrimiento.
Ahí empezaron sus problemas. No tenía dinero para pagar la universidad y Marcela buscó dinero fácil y rápido. Creyó en esa supuesta amiga y su amiga la entregó. Contrajo una deuda de 5.800 euros. Ese era el precio del sueño de europeo de Marcela. Después de un año en Portugal la red que la explotaba decidió que viniera a España y la trasladaron a un macro burdel de Sevilla. Ella quería escapar, dejar aquella vida pero sus explotadores no estaban dispuestos a dejarla marchar. Imagínate la situación de esta mujer. En un país que no es el suyo, siendo prostituida por una mafia sin escrúpulos y sufriendo amenazas cada vez que planteaba que quería dejarlo. Afortunadamente Marcela escapó de aquel infierno y hoy trata de ayudar a otras mujeres que están pasando por lo que ella pasó.
El primero de los escenarios del que queremos hablarte en nuestro 'Tema del día' sobre la trata de seres humanos es el origen. Sitúate en las calles de la ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela. Hace un par de meses estuvimos allí haciendo 'La Linterna' y lo que vimos no vamos a poder olvidarlo nunca. Cuando te acercas al tema de la trata te hablan de cifras, del número de mujeres con las que trafican, de los millones que genera, pero lo mejor para hacerte una idea de lo que esto supone es que te haga una foto, una fotografía del centro de la ciudad de Cúcuta, un día cualquiera.
Imagínate que estás en el Parque Mercedes Abrego, en una de de las zonas más populares de Cúcuta. Alrededor del parque tiendas de alimentos en las que puedes comprar empanadas y refrescos; pequeños comercios que venden desde zapatos a fundas para el móvil. El parque tiene una zona verde bastante amplia en el centro y entorno a ella se dan cita multitud de personas. Unos van a pasear, otros a vender objetos de segunda mano pero lo que llama la atención es cómo cada pocos metros se ven adolescentes y jóvenes solas. Están quietas en un punto y no paran de mirar a su alrededor, buscan con la vista a quienes pueden ser sus clientes y en cuanto localizan a uno de ellos se acercan y les ofrecen sus servicios por 2 dólares. Son venezolanas que han atravesado la frontera para vender su cuerpo. Y lo hacen a plena luz del día.
Afortunadamente en la diócesis de Cúcuta hay un grupo de monjas que tratan de trabajar con estas muchachas para que puedan salir de ese agujero en el que se encuentran. La hermana María Alba forma parte de la Congregación de las Hermanas Adoratrices y se encarga de ayudar a las niñas de la calle.
El segundo escenario: el destino, aquí en España, puede que incluso más cerca de ti de lo que crees. Sitúate en un barrio del centro de una ciudad importante española. En muchos de estos lugares los pisos turísticos forman parte ya del paisaje. Cada fin de semana, cada semana, los ocupantes de estos apartamentos cambian. Nadie conoce a nadie. Queda muy poca gente del barrio de toda la vida. Hace unos días la policía Nacional detenía a 11 personas que presuntamente formaban parte de un grupo de proxenetas que explotaba sexualmente a mujeres venezolanas. Entre los arrestados, ocho venezolanos y tres españoles. En la operación la policía liberó a 11 mujeres.
La investigación comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización que se dedicaba a la captación de mujeres jóvenes con una situación de precariedad económica y vulnerabilidad, ofreciendo un trabajo inexistente en España. Tras la fase de captación, se llevaba a cabo el traslado de las mujeres que incluía la reserva de hotel, el pago del billete de avión y otros trámites que generaban una deuda económica que tendrían que saldar ejerciendo la prostitución.
En este tipo de delitos es fundamental la colaboración entre policías de distintos países. El coronel John Freddy SepúlvedaL es el Subdirector de Subdirector de servicios especiales de la policía de Colombia.