La solidaridad en la guerra

Hoy hemos vuelto a hablar de la guerra de Ucrania y de la ola de solidaridad que continua en esa frontera. Cuando está el horror de las bombas y explosiones aparece la ayuda.

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La solidaridad en la guerra

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Llevamos 19 días de guerra en Ucrania y la cifra de refugiados que ya han huido de ese país se acerca a los tres millones de personas. La situación es tan grave que ACNUR ha declarado la emergencia de nivel 3, el nivel más alto del que dispone la agencia. La mayoría de todos estos refugiados, casi dos millones, han escapado a través de Polonia. El resto ha podido hacerlo por Rumanía, Moldavia, Rumanía o Eslovaquia.

Lo cierto es que durante esta guerra en las fronteras hemos visto de todo. Madres que dejan atrás a sus maridos o hijos, familias que han recogido toda su vida en una maleta y escenas entrañables difíciles de olvidar.

El silencio se rompe con la risa de Misha. Tiene doce años y cruza junto a su madre desde Ucrania a Chisinau, en Moldavia. En ese momento se encuentra con Slinky, un payaso que forma parte de la ONG "Dream Doctors" y que intenta alegrar por un momento la vida de estos niños. Son pequeñas iniciativas que se unen a toda una ola de solidaridad trasladada a la frontera ucraniana. Hoy te quiero volver a hablar de las iniciativas de ayuda y de los proyectos que están salvando a muchos refugiados de esta guerra.. Pero además quiero contarte que pasa con los refugiados ucranianos que llegan a nuestro país.. ¿Qué ocurre con ellos? ¿Qué atención reciben? Esta noche te lo voy a explicar

Esta historia comenzó el pasado lunes 7 de marzo. Un autobús de 50 plazas salió desde Gijón hacia la frontera de Polonia con Ucrania. Los pasajeros eran las familias que pertenecían a un hogar de acogida en Kiev. En ese hogar, los niños pasaban la tarde, aprendían español, cantaban. Cuando empezó la invasión se quedaron sin nada, igual que sus familias. Las ONG españolas que se encargaban de acogerlos en verano se pusieron en marcha. Una de ellas es Expoacción. Jorge es su director. El viernes llegó a Gijón un autobús con 47 personas que se están quedando en unos centros de acogida de forma temporal.

Las familias de acogida que pertenecían a la ONG se han ofrecido para cuidar a estos niños y a sus madres se han reencontrado este fin de semana pero todavía tienen que organizarse. La ONG ha alquilado veintitantos pisos en Gijón para que estas familias tengan un sitio donde vivir. También cuentan con las casas que han ofrecido los asturianos o con las habitaciones que tienen libres. En total, han recibido 4.000 peticiones en toda Asturias, pero el proceso es más complicado de lo que parece. La mayoría de los que han venido son familias grandes de 5 o 6 miembros. La madre, los niños, y alguna tía o abuela. No quieren separarles pero encontrar viviendas donde todos se puedan quedar no está siendo fácil. Además, al mismo tiempo, están poniendo en regla los papeles de estas familias.

La intención es que los trabajadores sociales se encarguen del seguimiento y sean ellos los que asesoren a estas mujeres para que consigan un trabajo. Jorge, de hecho, ya piensa un poco más allá sabe que la ONG va a tener que seguir al pie del cañón. Por cierto, Jorge ha gestionado estos viajes gracias a Luba, que era voluntaria en el hogar de acogida. Se quedó en Polonia coordinando la salida de estas familias. Cuando salió el primer autobús, cogió su coche y condujo con su familia hasta llegar a Gijón.

Hoy hemos vuelto a hablar con ella. Pensábamos que estaría feliz de estar a salvo, de poder empezar una nueva vida en nuestro país. Pero no es así, la guerra sigue y ella no puede olvidarse de lo que ocurre en su país. Mientras las bombas siguen cayendo en Ucrania, la ONG de Gijón sigue trabajando para ayudar a los ucranianos que lo necesiten. Está previsto que lleguen dos autobuses más en los próximos días. Uno con 37 personas y otro con 43. Y es que maquinaria solidaria no puede parar.

Como te digo no sólo los refugiados están saliendo por la frontera con Polonia. También lo están haciendo a través de Rumanía. Las mayores aglomeraciones se producen en el puesto fronterizo de Tereblecea y Siret. Allí trabaja como voluntaria Anastasia. Es rusa y vive en Italia pero ha decidido viajar hasta esta zona para echar unan mano.

Te hablo de una ciudad que perteneció a Rumanía en el pasado y donde vive parte de la minoría rumana de Ucrania. Allí sigue trabajando la Fundación Mensajeros de la Paz para echar una mano a los que huyen del infierno de la guerra. Además también han conseguido llevar a diferentes familias en autobuses hasta llegar a España. Y uno de esos voluntarios que han llegado hace escasamente un día a España es periodista Pedro Blasco.

La próxima iniciativa comienza con las noticias en la tele. Clemente, un madrileño de 38 años se queda impactado por las imágenes que ve de la guerra. Decide entonces coger su coche para recorrer alrededor de tres mil kilómetros. En un principio quieren ir hasta Polonia pero los atascos son interminables para llegar a esa zona. Así que toma la decisión de acercarse hasta la frontera rumana a través de Budapest. Fue allí donde vivió uno de los momentos más emocionantes. Su padre estaba luchando en el frente mientras que su madre ya se encontraba en España. Así que se pusieron manos a la obra e hicieron todo lo posible para obtener la autorización que consiguiera que la pequeña cruzara la frontera.

Ahora Clemente nos cuenta que se está recuperando del shock. Han sido muchos días de ver un panorama desolador y de imágenes que se le quedarán en su memoria para siempre. En su vuelta dejó a una madre e hija en Pamplona y las dos hermanas en Madrid. Un viaje inolvidable que intentará volver a repetir para poder seguir ayudando. Hace menos de una semana llegó a España otro de los voluntarios que han hecho miles de kilómetros para ayudar en la frontera. Se trata de Juan Vera, director de la Fundación César Egido Serrano. Hablamos con él justo cuando estaba punto de llegar a Polonia. En su vuelta ha conseguido traer a varios refugiados ucranianos.

Las familias han hecho un largo camino dentro del 4x4 de Juan hasta llegar a Madrid donde han empezado su nueva vida después de regularizar sus papeles. Juan asegura que van a continuar ayudando a los ucranianos y es por eso que ahora estudian nuevos proyectos para poder realojar a familias. Mientras eso ocurre, Juan sigue recordando las fotografías que le han marcado durante este viaje.

Los primeros días en la frontera ucraniana fueron jornadas de caos pero poco a poco toda ha ido organizándose y es por eso que se recomienda que la gente que quiera ayudar ya venga con todo preparado. Hoy mismo el Gobierno ha anunciado que creará una bolsa de familias de acogida para refugiados ucranianos. Uno de los que van camino a Polonia para ayudar en esa frontera es David Mingo, que salió ayer desde Madrid.

Hoy hemos vuelto a hablar de la guerra de Ucrania y de la ola de solidaridad que continua en esa frontera. Cuando está el horror de las bombas y explosiones aparece la ayuda y lo mejor del ser humano en gestos que sirven para salvar la vida a los casi tres millones de refugiados que se han visto obligados a salir del país.

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