Julián y la Policía Nacional de Pozuelo se llevan un aplauso por su sensibilidad, humanidad y profesionalidad

Julio César Herrero ensalza tanto a este padre de un niño discapacitado como a unos agentes policiales que tuvieron el gesto más ejemplar con ambos

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Julián y la Policía Nacional de Pozuelo se llevan un aplauso por su sensibilidad, humanidad y profesionalidad

Redacción La Linterna

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Creo que este virus no sólo ha puesto al Estado en alarma sino también a parte de los ciudadanos. Algunos se alarman por ver a gente en la calle; la quieren a toda confinada, sin excepción. Otros se alarman cuando salen a la calle, cuando en realidad pueden hacerlo, porque son la excepción. Es lo que pasa cuando se confunde la alarma y la excepción.

Ayer a las ocho de la tarde, cuando de lejos se escuchaban los aplausos, Julián Isla salió con su hijo Sergio a dar un paseo. Sergio está en silla de ruedas. Tiene una discapacidad del 86%. Y apareció la Policía. Y les paró. Y ante tanta alarma, y ante tanto ruido, Julián esperaba que le pidieran el informe médico que justificaba su excepción.

Se equivocó. El policía le preguntó si todo iba bien, si podía hacer algo por ellos, y le pidió que si alguien les increpaba que le llamaran. Y al irse, pusieron las luces del coche para Sergio. Julián reconoce en Twitter que, en estos días tan grises, esos dos policías consiguieron que se sintiera más protegido que nunca. Y confiesa algo:

“Les he dado las gracias. Pero cuando se han marchado me he puesto a llorar como un tonto”.

he imaginado a Sergio emocionado viendo las luces del coche de policíamirando a su padre que lloraba, también emocionado, quizá con las mismas luces que habían hecho brillar un día gris. Y he pensado que la sensibilidad de Julián y la humanidad y la profesionalidad de la Policía Nacional de Pozuelo de Alarcón, bien se merecen un aplauso, como el que ayer escucharon de lejos a las ocho de la tarde. 

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