Julio César Herrero brinda un aplauso a Antonio y Antonia, la pareja de noventa años con un amor para siempre
A pesar de la crisis sanitaria del cornavirus el amor sigue presenta hasta el último momento
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Llevo semanas aplaudiendo gestos, iniciativas, acciones, que mueven el corazón y que, espero, agiten la cabeza. Son historias que te reconcilian con el alma, quizá demasiado agitada cuando más precisa estar tranquila. Y ésta, a decir verdad, te confieso que no sé si es triste o alegre. No sé si me da paz o me revuelve. Quizá porque lo que me tranquiliza es exactamente lo mismo que me altera; quizá porque lo que me cabrea es exactamente lo mismo que me sosiega.
Antonio, de 90 años. Antonia, de 86. Más de 50 años de matrimonio. Más de 50 años juntos. Hace algo más de una semana fueron ingresados en el Hospital Mesa del Castillo de Murcia. Los dos tenían coronavirus. Al llegar al hospital solo pidieron una cosa: que les juntaran las camas. Querían darse la mano. Seguir unidos.
“Cuidan el uno del otro y nos reconfortan mientras hacemos nuestro trabajo”, contaba hace unos días el twitter del Hospital.
El viernes, Antonio tuvo que soltar la mano de su mujer. Había fallecido. Desde entonces, sigue luchando por una vida que ya no será igual. En la salud, en la enfermedad y hasta que la muerte les separó, uno al lado del otro. Él sí tuvo la suerte de dar el último adiós, postrado en una cama. Maldita suerte.
Pero creo que no puede haber en el mundo una muestra de amor ni más grande ni más puro. Y siento que eso se merece un aplauso.