Ángel Expósito, desde Catarroja: "Estos pueblos siguen en silencio sufriendo, intentando salir poco a poco del barro esperando unas ayudas que llegan con cuentagotas"

Estuvimos en Valencia a las 24 horas de la dana del 29 de octubre, volvimos un mes después, nos pidieron que mantuviéramos la llama viva, que no les olvidáramos y aquí estamos.

Reiniciamos el curso de este 2025 en un colegio de la zona cero en Catarroja en este cole, San Antonio de Padua, dos cientos de niños se salvaron de morir ahogados gracias a que al mediodía una alerta del ayuntamiento pidió que todos los alumnos se fueran a casa.

María Amparo es la profesora de los más pequeños de 3 y 4 años.

Durante estos dos meses atrás hemos hablado con comerciantes, con voluntarios, con políticos, pero se nos habían olvidado los niños como Martina que me cuenta cómo aquella noche su padre Miquel llamó para despedirse de ellos. Él me lo contó, pero se salvó por los pelos. Por suerte Miquel, el padre sobrevivió.

Estos pueblos siguen en silencio sufriendo, intentando salir poco a poco del barro y el polvo esperando unas ayudas que llegan con cuentagotas. Son pueblos tomados, literalmente, por el ejército, como el teniente Muñoz de 26 años al mando de su unidad de la UME.

Dos meses y pico después de la catástrofe, se entremezcla el orgullo, la pena, el esfuerzo, el miedo y el convencimiento de que esta gente salga adelante, con ayuda, seguro, con mucha ayuda y en cuanto rascas un poquito te lo dicen todos. A pesar de la política.

Por lo demás, la vida sigue. Dos noticias destaco en este día: caso Fiscal General del Estado. El juez pide a la UCO y a las compañías telefónicas que rastreen llamadas y mensajes de aquel famoso teléfono antiguo desaparecido del que se desprendió Álvaro García Ortiz. Ya le vale.

Y caso Ábalos. El juez del Supremo rechaza el recurso del propio José porque dice que hay indicios suficientes para continuar el proceso más allá de las declaraciones de Aldama. Dicho de otro modo, Ábalos vas pa'lante.