"El nuevo consejero del Banco de España va a cobrar un sueldazo del mismo banco que dice que expolia a Cataluña"

Ángel Expósito analiza en La Linterna las últimas tensiones entre Moncloa e independentistas por llegar un acuerdo para los Presupuestos

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Seamos sinceros. ¿Cuánto de harta estás de Puigdemont? ¿Hasta dónde estás de la pasión de catalanes? ¿De los órdagos independentistas, de lo que diga Rufián, Junqueras, la Marta Rovira, esta o aquel? Con la que está cayendo en el mundo, en Europa, en España, en el Mediterráneo, de verdad, ¿hay derecho a que estemos todo el puñetero día, todos los meses, toda la legislatura de nuestras vidas dándole vueltas al monotema catalán? 

Cuando no es el procés, es la amnistía. Cuando no es Santos Cerdán de rodillas en Suiza, es Salvador Illa con Pujolone. Cuando no es la pesada de Junts en el Congreso con cara de cabreo todo el día, es la enésima competencia que reclaman a Madrid. Cuando no es el nuevo consejero del Banco de España, es Laporta soltando cualquier chulería. Ya vale. Vamos a acabar con la audiencia, con los lectores, con los seguidores, con los telespectadores, no hay quien lo aguante.

A saber:

  1. Tratamos, y hago autocrítica, el monotema catalán como si fuera la negociación del Tratado de Versalles o la conferencia de paz de Yalta. En verdad, es solo una lucha de poder y de dinero. Lo que viene siendo una paletada nacionalista.

2. La frase se la escuché al Herrera hace ya años en pleno disparate del procés. “Se trata de vivir del independentismo, pero nunca de la independencia”. Y ahí seguimos.

3. Lo de Puigdemont como árbitro. La pieza clave del tablero de la política española es él. Que el Gobierno se humille y se vuelva a humillar una y mil veces ante este zumbao supremacista es el colmo.

4. Que el Gobierno de España negocie los presupuestos, tus impuestos y los míos con un prófugo de la justicia en Suiza o en Waterloo es una vergüenza. Ya puestos, propongo que Su Sanchidad, por lo bueno que está, podría haberse llevado a Nueva York, a la ONU, y allí que venda sus neuras. A ver si se las compran.

5. Tú arrancando el curso, haciendo las cuentas para el IVA, el IRPF dentro de un mes, pensando en las citas médicas de tus mayores, mientras nosotros dale que te pego con las exigencias de los indepes catalanes. ¿Sabes cómo se soluciona este disparate?

6. Con un pacto de verdad entre PP y PSOE. Entre PSOE y PP. Como en el 78. Pero, tranquilos, que ni de coña.

7. Yo me pregunto humildemente, ¿se han visto en un espejo? ¿De verdad Junqueras, Rufián, el nuevo consejero independentista del Banco de España, Laporta, Jordi Pujol se miran al espejo y ven gente sensata? Cuando Puigdemont se levanta por la mañana en el casoplón de Waterloo, que le pagamos todos, ¿de verdad se siente contento y satisfecho consigo mismo?

8. Sobre el tal Jordi Pons, no se me va de la cabeza, flamante consejero del Banco de España. Es autor de un libro, 'L Espoli fiscal, una asfixia premeditada'. Lo del expolio este está firmado por Pons y el militante de Junts, Ramón Tremosa. La tesis es que Cataluña, Valencia y Baleares sufren el expolio del resto de España. Bien, pues desde esta premisa, ahora don Jordi Pons, con sus Santos Barretina, va a cobrar un sueldazo del Banco de España, del mismo banco que le expolia. Nos ha jodido. Espolio, robo, pero yo me lo cobro, aunque sea con la nariz tapada, en euros españolazos.

9. Se lo escuché en cierta ocasión a Mariano Rajoy y tenía toda la razón. España es mucho más que Cataluña y que Madrid. No es verdad que el independentismo sea el ombligo del mundo. No es justo que toda nuestra política dependa de las exigencias egoístas, catetas y sin límite de una élite que se cree superior. De progresista esto no tiene nada.

10. Mi postdata: ¿Te acuerdas del mitin de Puigdemont en Barcelona el pasado mes de agosto? ¿Te acuerdas del ridículo y el bochorno infinito de los Mossos de Esquadra? De verdad, de corazón, un mes después, ¿alguien tiene alguna duda de que todo aquello fue un paripé infame entre el susodicho, el gobierno de España y la Generalitat de Cataluña como palmeros? La reaparición de Puigdemont pasando por Barcelona fue fruto de un pacto entre Sánchez y él. Cada día se ve más claro. Cada día nos cuesta más caro el sainete y más caro el esperpento.