Lo más fácil es buscar frases grandilocuentes y, por lo tanto, no siempre ciertas. Que si estalla la Tercera Guerra Mundial que si lo más grave desde el fin de la Segunda Guerra mundial. El ataque de Rusia sobre Ucrania es atroz. Es la acción de Guerra de un lunático y gigante sobre un país vecino y mucho menor. Lo de Putin no tiene nombre. Bueno, sí lo tiene: Un dictador brutal readaptado al siglo XXI.
Lo más difícil es intentar ser frío en el análisis habiendo dejado allí a nuestras misioneras María, María Jesús y Antonia con sus niños. Y pienso en Silvia Cortés, embajadora de España en Kiev y en tantos amigos con los que estuvimos allí hace 15 días.
A partir de ahí, el análisis:
1.- Putin. MI primer error --y mira que me lo advirtieron-- fue intentar aprender, razonar y analizar este conflicto de manera, digamos normal. Desde nuestro prisma democrático, legal, de libertades. Error.
El problema es el cerebro de Putin. Un lunático en pleno siglo XXI. Tan inteligente como peligroso. Una mezcla entre un zar del XIX y el Stalin del siglo XX. Pero que nadie se engañe. Putin tiene de comunista lo mismo que Pablo Iglesias.
2.- Me da pavor (porque he visto muchas, en directo) otra crisis de refugiados hacia Europa. ¿Tu qué harías? Exacto. Huir.
3.- La frase de es de Nicolás Redondo Terrero, "Nunca nadie que no esté limitado, como en las democracias, deja de ver las concesiones como una oportunidad para pedir más. Putin es un autócrata sin control de ningún tipo.
4.- El cinismo de Putin sobre la OTAN es absoluto. La OTAN no atacaría Rusia ni su inmenso cinturón jamás.
5.- ¿Dónde están nuestros populistas. De un lado y de otro, por cierto. Desde los presuntos comunista desde el casoplón hasta los defensores del Imperio? A estos les querría ver yo allí debajo de la bota del dictador y de la KGB.
6.- China. Yo quiero seguir creyendo que esto no irá a la invasión napoleónica o hitleriana. Pero vete tú a saber. China tiene el bozal y la correa para sujetar a Putin. Nosotros no. Las sanciones son una broma.
Aplasta, encarcela o mata a la oposición como para que le importen los efectos económicos.
7.- Nuestros soldados. En la frontera de Letonia con Rusia tenemos 400 tíos con blindados en misión OTAN. Y dos buques de la Armada en el Mar Negro. Y aviones de combate en Bulgaria y pronto, otra vez en Lituania.
No nos olvidemos de ellos a pesar del bajonazo informativo desde Moncloa. Mucha fotito, mucha cara compungida... allí tenemos casi 1000 soldados en la región.
8.- La Economía y nosotros con estos pelos. El precio del gas, el petróleo, los metales, el maíz, el uranio, el trigo y, aquí, nosotros con este Gobierno inaudito y con una oposición lamentable.
9.- La clave es la Cultura de Defensa. Los españoles, en general y reconozcámoslo, no tenemos conciencia de nuestras fronteras reales. De los riesgos, de la globalización no de la importancia de las Fuerzas Armadas entre otras cosas, porque el Gobierno y los gobiernos no quieren que tengamos Cultura de Defensa y así nos va.
Que la sangre y el dinero lo pongan los americanos mientras yo sigo mirándome el ombligo.
y 10. Mi Posdata. No se me va de la cabeza la imagen de esos niños ucranianos en La Casa de nuestras tres superheroinas monjas a las afueras de Kiev.
¡Qué disparate! ¡Qué horror indescriptible!. Qué bestia y qué prehistórico todo. En pleno siglo XXI. En nuestra frontera Este.